Ninguno de estos cuentos me pareció mediocre, todos de muy buenos (los más) a excelentes. Munro enlaza los episodios dentro de cada narración con maestría y sutileza. La última sección (compuesta por cuatro autoficciones que sentí de intenso peso emocional) fue la que me llevó a ponerle 5/5.
Mis favoritos: El ominoso "Grava", el opresivo "A la vista del lago", "Tren" (me recordó a la película "Leave No Trace" - hay algo terrible pero fascinante en la necesidad que impele a este personaje a nunca dejar de huir), y tres de las autoficciones: "El ojo" (la primera aproximación de Munro a la muerte y al victim blaming), "Las voces" (el anhelo de amor de la pequeña Alice, de experimentar ser querida, me enterneció e hizo evocar esos suspiros de preadolescencia) y "Mi vida querida" (una nota final muy adecuada).
De todos modos, algo significativo se puede decir de cada relato …
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Tuve una comiquería, organicé convenciones frikis, dirigí rol para mis amigas. Profe de Literatura y programador. Ahora no estoy dedicándole tanto a la lectura, estoy con otros intereses, pero sí leo un poquito de fantasía/ciencia ficción mainstream antes de dormir.
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Teo rated Gyo Vol. 02 (2nd Edition) (Gyo): 3 stars
Teo reviewed Mi vida querida by Eugenia Vázquez Nacarino
Review of 'Mi vida querida' on 'Goodreads'
5 stars
Ninguno de estos cuentos me pareció mediocre, todos de muy buenos (los más) a excelentes. Munro enlaza los episodios dentro de cada narración con maestría y sutileza. La última sección (compuesta por cuatro autoficciones que sentí de intenso peso emocional) fue la que me llevó a ponerle 5/5.
Mis favoritos: El ominoso "Grava", el opresivo "A la vista del lago", "Tren" (me recordó a la película "Leave No Trace" - hay algo terrible pero fascinante en la necesidad que impele a este personaje a nunca dejar de huir), y tres de las autoficciones: "El ojo" (la primera aproximación de Munro a la muerte y al victim blaming), "Las voces" (el anhelo de amor de la pequeña Alice, de experimentar ser querida, me enterneció e hizo evocar esos suspiros de preadolescencia) y "Mi vida querida" (una nota final muy adecuada).
De todos modos, algo significativo se puede decir de cada relato de este libro. Los personajes que Munro construye derrochan matices y las ideas que explora suelen estar ocultas tras varios velos.
Teo rated Leaving Maverley: 4 stars
Review of 'La niña perdida (La amiga estupenda, #4)' on 'Goodreads'
5 stars
No soy de ponerme a leer por leer, sino que suelo hacerlo en mis huecos libres y tiempos muertos. Hacía mucho que no me comía una novela de más de 300 páginas en una sentada. Mientras leía este libro no sabía qué estaba pasando, solamente que me había cautivado y no podía parar. No es que la historia sea particularmente original. Me parece que la clave está en dos puntos. El primero, los personajes y las situaciones se sienten devastadoramente reales. La atmósfera barriobajera, la progresiva ampliación de mundo desde los ojos de una niña hasta los de una adolescente, me parecieron muy bien construidas.
El segundo y más importante: Ferrante tiene quizás la mejor prosa que he leído en varios años (y con esto viene el disclaimer gigante de siempre: "Así lo sentí yo"). Posee tres virtudes en un equilibrio tal que me impresionó. Para empezar, escribe con limpidez …
No soy de ponerme a leer por leer, sino que suelo hacerlo en mis huecos libres y tiempos muertos. Hacía mucho que no me comía una novela de más de 300 páginas en una sentada. Mientras leía este libro no sabía qué estaba pasando, solamente que me había cautivado y no podía parar. No es que la historia sea particularmente original. Me parece que la clave está en dos puntos. El primero, los personajes y las situaciones se sienten devastadoramente reales. La atmósfera barriobajera, la progresiva ampliación de mundo desde los ojos de una niña hasta los de una adolescente, me parecieron muy bien construidas.
El segundo y más importante: Ferrante tiene quizás la mejor prosa que he leído en varios años (y con esto viene el disclaimer gigante de siempre: "Así lo sentí yo"). Posee tres virtudes en un equilibrio tal que me impresionó. Para empezar, escribe con limpidez y concisión (1). Hoy en día esto no es novedoso. El estilo escueto y directo está de moda, y en general estoy agradecido por eso. El problema es que muchos autores, al buscar despojarse de florituras y verborragia innecesaria, o se van al otro extremo y producen textos asépticos y sin alma, o simplemente no logran encontrar ese punto ideal y se bambolean entre una tendencia a la brevedad sin poesía y exhibiciones arrebatadas de ornamento verbal. Ferrante, en este libro, de algún modo, logró escribir con sobriedad, sin una palabra de más, pero sin dejar de tener peso poético (2). A veces el impacto es insospechado y evoca en un par de vocablos bien elegidos las sensaciones agridulces que otros textos ocupan párrafos para desgranar. A veces el vuelo poético casi ni está en el texto mismo, sino en el mundo que Ferrante construye, muy pocas veces expositivamente, sino de un modo indirecto, insinuación tras insinuación, a cuentagotas de diálogos y comentarios velados, hasta que las situaciones te explotan en la cara y no podés detenerte, tenés que conocer el destino de estos personajes desgraciados. Pero no, la intensidad emocional de este libro no es como la de una explosión, como la de tantos textos que discurren mansamente hasta alcanzar algún crescendo. La sentí más bien como un oleaje, golpeándome cada pocas páginas, sin permitirme nunca la despreocupación.
La tercera virtud de la prosa de Ferrante, de modo idéntico a la segunda (vuelo poético), me impresionó en virtud de su armónica convivencia con la primera (concisión). La capacidad de no omitir detalles importantes (3). Entre los textos que persiguen la brevedad, es frecuente leer varios que dejan de lado casi toda descripción, que no refrescan para el lector puntos de trama esenciales, que dejan de sembrar tenues semillas de foreshadowing que solo podrán ser apreciadas a posteriori, solo porque confunden la precisión con la esquilmación. Ferrante, o este libro al menos, no cae en esos errores.
Quizás la novela también explota mi debilidad por esos escasos personajes, generalmente niños (en este caso, Lila), que logran generarme apego y a la vez están turbiamente expuestos a situaciones de riesgo.
O quizás simplemente tuve la suerte de leerla en el momento adecuado y en el lugar adecuado para mí, y conseguí una de esas conexiones con un libro que solo se alcanzan cada tanto y caprichosamente. Andasabé.
Antes de leer la novela no sabía casi nada sobre la autora ni el texto. Que era el primero en una saga de cuatro. Que había tenido un momento de gran popularidad con los lectores internacionales. Había visto la tapa en inglés (que le daba una pinta de best seller estacional sin mucha sustancia) y sabía que se trataba de la amistad entre dos mujeres (lo que no me decía mucho). Y que "Elena Ferrante" era un seudónimo y quizás ni siquiera era autora sino autor o autore. Me dije "bueno, ya que llegó a mis manos vamos a leer el primero para ver si vale el hype, y después hay altas probabilidades de que no toque el resto de la saga".
Me alegro de haberle dado una oportunidad, porque ahí va uno de mis nuevos libros favoritos. Ya no soy muy de leer sagas, pero trataré de conseguirme el resto en los próximos años, con mi ritmo de tortuga para estas cosas.
Teo rated Prentice Hall Literature: Timeless Voices, Timeless Themes: 4 stars
Teo reviewed Malena es un nombre de tango by Almudena Grandes
Review of 'Malena es un nombre de tango' on 'Goodreads'
3 stars
Tuve unos días de vacaciones y aproveché para leer unos libros. Este fue el primero que terminé, vi la oportunidad de tomarlo prestado y lo agarré nomás.
Nunca había leído nada de Almudena Grandes, de hecho no tenía ni tengo idea de cuál es la imagen que se tiene desde distintos ámbitos sobre ella. O sea, si la aman en las universidades o la ignoran, si es best seller (y en caso de que sí, qué tipo de escritora best seller es, onda telenovela, onda thriller picante, onda ficción literaria, más o menos pretenciosa, etc.), si es más de la "alta literatura" o la "literatura popular", y así. Lo único que sabía era que veía seguido algunos de sus libros en las librerías caras, lo cual ya me inclinaba hacia ciertas suposiciones sobre su obra, pero traté de tener la mente lo más en blanco posible y mandarme nomás.
Básicamente: …
Tuve unos días de vacaciones y aproveché para leer unos libros. Este fue el primero que terminé, vi la oportunidad de tomarlo prestado y lo agarré nomás.
Nunca había leído nada de Almudena Grandes, de hecho no tenía ni tengo idea de cuál es la imagen que se tiene desde distintos ámbitos sobre ella. O sea, si la aman en las universidades o la ignoran, si es best seller (y en caso de que sí, qué tipo de escritora best seller es, onda telenovela, onda thriller picante, onda ficción literaria, más o menos pretenciosa, etc.), si es más de la "alta literatura" o la "literatura popular", y así. Lo único que sabía era que veía seguido algunos de sus libros en las librerías caras, lo cual ya me inclinaba hacia ciertas suposiciones sobre su obra, pero traté de tener la mente lo más en blanco posible y mandarme nomás.
Básicamente: Con el marco de la posguerra, el régimen de Franco y luego la transición, esta es la historia (casi un bildungsroman) de una chica de clase alta en una familia adinerada en decadencia. En ese linaje, aparentemente cada generación salen algunos individuos con la "sangre maldita". Es decir, raros, sensuales, sanguíneos, desajustados. Malena tiene una melliza, Reina, que es el ejemplo arquetípico de la niña rica "buena", y ella es la oveja negra. El libro recorre su infancia, adolescencia, adultez. Hay sexo, adulterio, intrigas familiares, vida nocturna, más sexo, más adulterio, un poquito de crítica social y política, gente mantenida por la fortuna familiar, y todavía más adulterio.
Una curiosidad: El estilo gramatical de Grandes (abuso de la subordinada/incluida) parece corresponderse con las constantes digresiones y la estructura de cajas chinas descuajaringadas con la que se presentan, a un nivel más macro, los episodios narrativos. O sea, la forma de la trama me recordó a la forma gramatical de las oraciones.
Si bien nunca me deslumbró, estuve on board durante quizás 550 de las 750 páginas, y no me resultó difícil terminar el resto. Pero... me dejó un poco meh. No sé, no me pareció una novela mala. Tiene algún pasaje que deja huellas. Derrocha sensualidad, rebeldía, decadentismo, es decir, ingredientes que por momentos forjan una lectura interesante y por momentos caen en lo mil veces visto.
Quizás sí sentí que había poco en juego durante largos tramos del libro: siempre me pareció que Malena saldría bien librada. Tal vez es culpa de las abundantes analepsis y prolepsis, en una de esas alguna de ellas me lo delató.
Cuando llegó el final me pareció, no sé, un poco exagerado. De telenovela, en el mal sentido. Estoy hablando de todo el tema con el dinero. No estoy hablando del reencuentro de Malena con sus predilecciones sexuales. Pero ya que estamos, puede ser interesante hablar de eso. Resumiendo: le gusta ser sometida durante el acto y el dirty talk; tiene una crisis durante varios años con eso porque la sociedad le dice que es degradante, pero al final termina reconciliándose con sus gustos - al menos esa subtrama sí mantuvo mi interés. Lo curioso es que había leído algo sobre eso unos días antes en /r/AskFeminists, foro que lurkeo diariamente desde hace un par de años. El feminismo tiene un par de debates internos que son paradigmáticos (el más famoso, probablemente, en torno a la prostitución) y ese es uno de los menos conocidos fuera del movimiento. Hay feministas que están a favor de reclamar toda clase de fetiches, incluso los más turbios, siempre que haya safe words, aftercare, consentimiento informado, etc. Y hay otras que encuentran cosas como el 'rape play' totalmente problemáticas y activamente relacionadas con la cultura de la violación. Por cierto, me dio la impresión de que Grandes (o quizás solo Malena) no tenía una opinión del todo favorable hacia el feminismo y lo relacionaba más que nada con cierto puritanismo. Pero quizás estoy meando totalmente fuera del tarro.
En cualquier caso, el peor pecado de la novela para mí fue que, después de un par de actos, toda la situación entre las dos mellizas (uno de los principales ejes del libro) se me tornó tanto previsible como aburrida.
Teo reviewed Mitomanías argentinas by Alejandro Grimson (Singular)
Review of 'Mitomanías argentinas' on 'Goodreads'
4 stars
Tal vez un poco menos sólido que lo que imaginaba, pero eso quizás sea porque antes había leído fragmentos de Mitomanías de la educación argentina de Grimson y Tenti Fanfani, y quizás esas fragmentos eran especialmente buenos. Aquí hay algunos mitos sobre los que sentí que se hablaba un poco por encima y con reflexiones ya vistas.
Igual muy recomendado. Es la clase de pensamiento que los argentinos tenemos que considerar. Cuestionarnos los mitos que repetimos cotidianamente. Revisar dicotomías, pensar en matices. Y muy acertadas las reflexiones finales de Grimson. Esto no implica caer en una falsa neutralidad (por cierto es muy interesante escribir esto en el año en que despuntó el meme del E N L I G H T E N E D C E N T R I S M) ni implica pretender que no haya conflictividad en el debate político o posiciones contrapuestas. Cuestionarse, no pensar …
Tal vez un poco menos sólido que lo que imaginaba, pero eso quizás sea porque antes había leído fragmentos de Mitomanías de la educación argentina de Grimson y Tenti Fanfani, y quizás esas fragmentos eran especialmente buenos. Aquí hay algunos mitos sobre los que sentí que se hablaba un poco por encima y con reflexiones ya vistas.
Igual muy recomendado. Es la clase de pensamiento que los argentinos tenemos que considerar. Cuestionarnos los mitos que repetimos cotidianamente. Revisar dicotomías, pensar en matices. Y muy acertadas las reflexiones finales de Grimson. Esto no implica caer en una falsa neutralidad (por cierto es muy interesante escribir esto en el año en que despuntó el meme del E N L I G H T E N E D C E N T R I S M) ni implica pretender que no haya conflictividad en el debate político o posiciones contrapuestas. Cuestionarse, no pensar en automático, matizar.
Teo rated Paprika Johnson y otros relatos: 4 stars
Teo reviewed Las aventuras de la China Iron by Gabriela Cabezón Cámara
Review of 'Las aventuras de la China Iron' on 'Goodreads'
5 stars
Deconstrucción del Martín Fierro y de la típica dicotomía argentina de civilización o barbarie. Lleno de vida y alegría. Prosa poética. Curioso sincretismo de culturas indígenas y criollas. Temáticas queer, sexualidad no tradicional y bien explícita, con un propósito narrativo, claramente anclada en la intencionalidad del libro.
Algo distinto, interesante.
Es notable el cambio total de atmósfera al comparar este libro con lo otro que he leído de esta autora: el combo del cuento y la novela gráfica Beya: Le viste la cara a Dios, que era oscuro, brutal y vengativo -y también aprecié mucho, solo que de diferente manera. Hay un poco de brutalidad en partes de este libro, pero es mucho más vital y, como dijo alguien por ahí, no se presenta como una (necesaria) venganza contra siglos de imposición de determinada moral, sino como una expresión de otras formas posibles de vivir y sentir.
Teo reviewed Maus: Relato de un superviviente by Art Spiegelman
Review of 'Maus' on 'Goodreads'
5 stars
La agarré con desconfianza al principio, no sé por qué. Supongo que en algún rincón de mi mente me estaba previniendo contra la posibilidad de un sentimentalismo barato con un tema tan tocado como es el del Holocausto. Pero no, me pareció que no caía en ese, y para cuando cerré el libro me di cuenta de que el impacto había sido seco y contundente.
Creo que suma mucho el hecho de que no se concentra solo en la persecución judía y el Holocausto, sino que hay un ir y venir con el presente. El personaje de Vladek es mostrado en todas sus falencias y su banalidad, sin idealizaciones, y lo mismo puede decirse de su relación con su hijo Art. Creo que eso suma mucho, le da humanidad y peso real a la historieta de un modo que nunca se hubiera logrado si solo se hubiera centrado en lo …
La agarré con desconfianza al principio, no sé por qué. Supongo que en algún rincón de mi mente me estaba previniendo contra la posibilidad de un sentimentalismo barato con un tema tan tocado como es el del Holocausto. Pero no, me pareció que no caía en ese, y para cuando cerré el libro me di cuenta de que el impacto había sido seco y contundente.
Creo que suma mucho el hecho de que no se concentra solo en la persecución judía y el Holocausto, sino que hay un ir y venir con el presente. El personaje de Vladek es mostrado en todas sus falencias y su banalidad, sin idealizaciones, y lo mismo puede decirse de su relación con su hijo Art. Creo que eso suma mucho, le da humanidad y peso real a la historieta de un modo que nunca se hubiera logrado si solo se hubiera centrado en lo trágico, lo panegírico o la loa a las víctimas.
Teo reviewed Arte menor by Betina González
Teo rated Temas americanistas : historia y diversidad cultural: 3 stars
Teo reviewed Sor Juana Inés de la Cruz, o, Las trampas de la fe by Octavio Paz (Sección de obras de lengua y estudios literarios)
Teo reviewed Sangre patricia. by Manuel Díaz Rodríguez (Biblioteca Andrés Bello.)
Review of 'Sangre patricia.' on 'Goodreads'
2 stars
La tesis del libro parece condensarse en la pugna entre dos tendencias de la sangre patricia del protagonista: la del sueño épico, que lo empuja hacia la guerra civil, y la del ensueño idílico, que lo atrae hacia el ensimismamiento y la locura. Tiene partes interesantes, como las discusiones tertulianas sobre temas variados o la vacilación fantástica en torno a sirenas y a elementos sobrenaturales y oníricos. Pero me pareció excesivamente descriptivo, además de pecar de elitista.
En su artículo sobre la novela modernista, Donald Shaw señala el poco interés crítico que ha habido sobre la novela en el marco del modernismo hispanoamericano y el mucho trabajo que resta por hacer en ese sentido. Afirma que De sobremesa de José Asunción Silva es una novela arquetípicamente modernista y en ella confluyen dos corrientes ideológicas: la búsqueda de la belleza en tanto que ofrece una respuesta a un mundo dominado cada …
La tesis del libro parece condensarse en la pugna entre dos tendencias de la sangre patricia del protagonista: la del sueño épico, que lo empuja hacia la guerra civil, y la del ensueño idílico, que lo atrae hacia el ensimismamiento y la locura. Tiene partes interesantes, como las discusiones tertulianas sobre temas variados o la vacilación fantástica en torno a sirenas y a elementos sobrenaturales y oníricos. Pero me pareció excesivamente descriptivo, además de pecar de elitista.
En su artículo sobre la novela modernista, Donald Shaw señala el poco interés crítico que ha habido sobre la novela en el marco del modernismo hispanoamericano y el mucho trabajo que resta por hacer en ese sentido. Afirma que De sobremesa de José Asunción Silva es una novela arquetípicamente modernista y en ella confluyen dos corrientes ideológicas: la búsqueda de la belleza en tanto que ofrece una respuesta a un mundo dominado cada vez más por el materialismo y la fealdad, y la búsqueda del ideal en tanto que constituye una respuesta positiva a la desesperación posromántica.
Según Shaw, la novela modernista se caracteriza por el “idealismo”, el esteticismo, el exotismo, la falta de interés en el progreso social puramente materialista, y el rechazo del realismo y la prosa realista. También hereda inquietudes del romanticismo. A partir de este postulado, para Shaw los novelistas más representativos del modernismo son Silva, Martí, Díaz Rodríguez y Larreta.
Generalmente cuando se habla de rasgos de la novela modernista se habla de su estilo característico, pero Shaw destaca la importancia de analizar también su técnica narrativa. Un rasgo importante de la técnica narrativa en la novela modernista es que el personaje central domina el mundo narrado y es su desarrollo lo que determina la evolución de la trama. Se relaciona principalmente con el héroe romántico negativo, el individuo inteligente y alienado, insatisfecho y soñador, el inadaptado, el hombre de ilusiones perdidas, el buscador de nuevos valores.
Típico del protagonista modernista es el rechazo de aquella realidad cuyo descubrimiento había constituido el orgullo de los realistas. Son protagonistas que rechazan lo mediocre, lo trivial, lo insignificante, la mezquindad de su entorno. Adoran la belleza y buscan el ideal.
Esto afecta su trato con la heroína: generalmente ven en la mujer, más que un ser real, el símbolo de las hermosuras ideadas. A veces esta mujer se convierte en un símbolo del ideal inalcanzable con su propia muerte. Belén, la amada ideal de Tulio Arcos en Sangre patricia, muere en el primer capítulo después de que Díaz Rodríguez la haya presentado como una Diosa.
A tal idealización de la mujer corresponde un desdén profundo hacia casi todo el resto de la humanidad. Salvo un pequeño grupo de amigos refinados, los demás hombres son vistos como “una turba inacabable de mercaderes”, gente insoportable para el héroe modernista que quiere “ver por todas partes actitudes y almas bellas”.
Díaz Rodríguez describe, en Sangre patricia, a la sociedad como una pirámide donde arriba está “el primero que por traición y asalto llegó hasta ahí con sus instintos de lobo”, a su alrededor “lo más impuro de todas las clases”, más abajo “un pueblo moribundo de tristeza y de hambre”, y más abajo todavía “la simple honradez, la dignidad, la entereza”.
Este rechazo del medio social sórdido y vulgar no excluye el compromiso político-social de los héroes modernistas. Tulio Arcos se asocia a un partido de guerrilleros liberal-revolucionarios (que Díaz Rodríguez llama “la falange del ideal”) y al ser derrotado sufre la cárcel y el exilio. Pero tanto el ideal de progreso como el de belleza absoluta son meros sueños frágiles.
Psicológicamente hablando, el héroe modernista tiende a ser un obsesivo, a veces condicionado por su tendencia a imitar costumbres y formas de vida arcaicas. En Tulio Arcos, la sangre patricia lo empuja por momentos hacia sus antepasados conquistadores y guerreros, por momentos a los del “sueño ilídico”, devotos y artistas.
Orlando Araujo señala que en el fondo de la psicología del héroe modernista late una crisis moral, de la que sus intentos de heroísmo y misticismo no son sino manifestaciones. En cada novela hay algo simbólico y fatal que rompe la armonía de la vida y destruye el ensueño idealista (en esta obra es la memoria de Belén, la mujer muerta del protagonista).
Son protagonistas que se dejan llevar por el mito del “hombre superior” que pertenece a una “aristocracia del espíritu”. Pero este ideal de hacer lo grande y amar lo exquisito rara vez en la narrativa modernista lleva a logros concretos. En el peor de los casos, como en Sangre patricia, lleva al suicidio. Mientras el héroe de la novela realista o naturalista se ve derrotado por la hostilidad social, el héroe modernista, tras una larga búsqueda, queda decepcionado por lo inalcanzable del ideal. Por lo que, aunque la novela modernista está llena de puro idealismo, el conflicto con la realidad produce un tono de pesimismo e ironía.
En torno al protagonista suelen agruparse otros personajes que comparten su estetismo: músicos (como Martí en Sangre patricia), individuos de gustos refinados, intelectuales, incluso científicos. Cuando aparece alguien menos culto, se suele aprovechar la oportunidad para escarnecerlo (como Perales).
Las conversaciones entre estos amigos cultos son intercambios verbales nobles sobre temas de arte, de amor, de idealismo, de sacrificio. Hablan de cosas bellas bellamente.
Esta insistencia en embellecer hasta la conversación normal forma parte de la tendencia entre los modernistas de rechazar la realidad vulgar. Incluso cuando la narrativa avanza con ritmo acelerado se para a intervalos frecuentes para que el novelista introduzca descripciones de ambientes y escenas hermosas, como la descripción de Martí mientras tocan el piano.
Otro rasgo de la técnica narrativa es el uso casi sistemático de elementos simbólicos para comentar la acción. La muerte de Belén anuncia la tragedia de Tulio y se enlaza con el suicidio de este mediante el uso insistente del motivo del agua.
El uso de símiles para el comentario psicológico es tradicional, pero en la novela modernista esta utilización de símiles y metáforas poéticas para expresar estados de ánimos está muy acentuada.
El estilo de la novela modernista fue, según Shaw, una reacción contra lo que algunos llamaron la “prosa momificada de España”, un estilo descriptivo basado en la simple enumeración, llena de adjetivos fosilizados, clichés y casticismo anacrónico.
Martí reacciona ante esto afirmando que el escritor, como el pintor, puede usar diversos colores y no restringirse a las formas canónicas. Puede escribir con sencillez y con elegante adorno según la ocasión, puede usar arcaísmos o crear neologismos.
El estilo modernista emplea más sistemáticamente que antes metáforas y sobre todo símiles principalmente relacionados con lo sensorial, tiene fuerte colorismo, uso de efectos rítmicos muy pronunciados, mayor brevedad de la frase y en general la tendencia a enfatizar sensaciones más que ideas.
Eso sí, los efectos así conseguidos por los modernistas eran estáticos, descriptivos más que narrativos. No es posible adoptar este lenguaje pictórico a todo, lo que restringía al novelista en la selección de ambientes y episodios, viéndose forzado a excluir o a embellecer a los banales o feos.
Por eso el estilo modernista, una vez cumplida su misión de romper los moldes de la prosa decimonónica y de revitalizar el español con soltura y gracia, se convirtió en un estilo peligroso, en el que lo poético caía a veces en el preciosismo.
Por su parte, Domingo Miliani señala que en Sangre patricia opera en un principio un soporte de realidad (Tulio Arcos, exiliado político en Europa, sufre la muerte de su esposa Belén con quien se había casado por poder) y luego progresivamente va sumiendo al protagonista en un mundo de obsesión, onírico, cuyo desarrollo va borrando la frontera entre el sueño y la vida real. Es un texto poemático, lleno de reiteraciones simbólicas, que adelanta al surrealismo y a la novela psicológica, y en el que la imaginería exotista del modernismo es reemplazada por el mundo de la subconsciencia.
Para Miliani, la constante simbólica de Díaz Rodríguez es el contraste entre la riqueza espiritual de los personajes y la sordidez o la miseria de una exterioridad degradada.