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He tenido que esperar a tener 30 años para leer «Crepúsculo» y, sorprendentemente, me ha gustado como su fuera adolescente. Me he sentido arrebatadoramente frágil, como Bella, ante la hombría vampírica de Edward. Me he sentido completamente idiota ante la irresponsabilidad humanísima de Bella. Y, no sé, he tenido a Kristen Stewart y Robert Pattinson en mi cabeza todo el rato mientras leía. No he podido evitarlo. Cuatro estrellas sobre cinco, porque ponerle cinco estrellas me daría vergüenza.

Menudo ritmo de lectura llevo últimamente.

Leer a Mariano Peyrou siempre es raro, curioso y bonito, aunque creo que se nota más en su narrativa. En su poesía parece que lo esperas. Aquí, en esta extraña novela, una actriz cuenta cosas. Habla de ser mujer, habla de vomitar, habla de sus padres, habla de su profesor de Historia del Arte Dramático, un tipo que usa de hilo conductor las bulas y encíclicas papales para hablar del teatro. Para hablar de la vida. Ella es pequeña y mayor a la vez, desea ser deseada, le gusta que la miren, pero no le gusta que le guste. O algo así. Es difícil de explicar, solamente puede sentirse. Yo, sinceramente, no puedo menos que recomendaros «Lo de dentro fuera». A mí es que estas lecturas me encantan.

Me ha maravillado. Jesús Montiel habla de la vida y de la muerte a través de las fotografías de Josef Sudek, de las flores, las velas y la enfermedad. La poesía es su acompañante. Quiero recomendarlo siempre.

Un libro necesario después de la pandemia, aunque quizá algo precipitado. Ayuda a abrir la mente, y eso está bien. Expone demasiadas dudas, y eso me hace dudar si está bien o no. Sin embargo, «El amor en los tiempos del coronavirus», de un tal Quike D-B, es mucho mejor.

Me ha resultado entretenido, aunque los párrafos tan largos a veces se me hacían eternos, y no es precisamente que sea un libro de un lenguaje ágil. Sin embargo, es entretenido, tiene un toque muy interesante por el punto de vista desde el que está narrado. A veces resulta hasta divertido, absurdo incluso. Le he llegado a coger cariño a Orugario.

Lo mío con esta saga ha sido amor eterno. Adoro y odio a todos y cada uno de los personajes. Y eso no lo han conseguido muchas personas.

Necesita un libro así. Fantasía, hadas, adolescentes con vida de adolescentes y problemas de adolescentes. Un reino, una plebeya con cierto genio y varios príncipes crueles, no sólo uno. He devorado este libro y creo que voy a empezar ya el segundo. Quiero vivir en Faerie.

Me ha encantado. Es el segundo libro que leo del Mundodisco (sin seguir ningún orden) y me ha gustado más incluso. La idea es genuina, el ambiente es fantástico en su fantasía, los diálogos y las situaciones, además de las acotaciones del autor, me han sacado más de una sonrisa. Y más de una carcajada. Necesito leer más a Pratchett, sin duda. Es para mí una inspiración incluso sin yo haberlo leído. No sé cómo explicarlo, llámalo magia.

Una maravilla genial y fantástica. Soy muy fan. Es la primera novela que leo de Gaiman y tengo muchas ganas de leer más.

Zeus se unió de amor con todas, que son de hermosas mejillas o de hermosos pies. Menudos líos tienen montados entre sí los dioses griegos. Tengo que leerlo de nuevo para enterarme mejor, que hay más nombres que en Juego de Tronos.

Me he enamorado de este libro. No sé cómo no lo he terminado antes.

No sé qué pensar. En parte me ha tenido enganchado hasta el final, por otra me parecía que iba muy lento. Los personajes me parecen odiosos, pero también me he apiadado de ellos y he empatizado con ellos. Le pongo cuatro estrellas porque después de todo lo he disfrutado bastante. Ni la escritura me ha llamado la atención, ni la historia, ni los personajes. Pero aún así, me ha entretenido.

Me ha parecido una guía de iniciación interesante, pero obviamente no es suficiente (ni busca serlo). Puede ser el comienzo —o una buena continuación— del camino de un yogui. Namasté.