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Un 4.5, en realidad. Una novela con un ritmo vertiginoso y que sabe mantener el suspense, la clave, hasta el final. Me ha encantado.

Jose Luis Algar, músico, dibujante y poeta, se abre el alma en este libro a través de las personas a las que ha amado y ama, nos muestra su interior de niño frágil que se oculta tras su cuerpo de hombretón, sus miedos y sus dudas, sus fragilidades y sus fortalezas, sus convicciones, su amor y sus amores, su gente, su vida. Un libro cargado de poesía en versos e ilustraciones que, joder, "¿Alguien ha visto / que se ponga triste una planta?"

Este libro es una puta pasada. Y punto.

Tras la lectura de este libro me declaro firme y dolorosamente dadaísta. Soy un idiota. Soy bastante simpático. Soy un perro. Soy Dios, estoy en celo. Me duelen las aletas. Tengo las pilas dulces de la ignorancia llenas de flores.

A veces he tenido que dejar de leer porque dolía. No recomendable para corazones en proceso de cicatrización constante.

Me ha gustado esta relectura.

Algo diferente, con estilo propio, de aspecto sencillo pero con gran complejidad detrás.

Cuando las palabras parecen un juego de niños.