Tenía muchas, muchas, ganas de leer este libro. Lo compré en preventa porque me encantan las ilustraciones de la autora. El libro contiene muchas de ellas, que son una invitación lindísima a forjar relaciones y vínculos desde la ternura, comunicación y comprensión. El libro es un ensayo-biografía sobre su propia vida, donde profundiza en la relación con una misma y el entorno tras varias experiencias de abuso. Habla sobre su tca, el autoconcepto, acercarse a las no monogamias, (auto)cuidados, bisexualidad y el sexo desde sus experiencias y condicionantes. Me es muy sencillo conectar con ella porque es llana, cercana y no duda en abrirse para llegar a quienes hayan podido tener historias similares para permitir que se sientan acompañadas. Además, está dividido en muchos apartados y listas que hace que sea muy ligero de leer pese al número de páginas.

Aún con todo lo anterior, le pongo 3 estrellas porque no coincido con muchas corrientes y autores que cita y usa para trabajar el trauma y que han sido criticados por estar cerca de postulados pseudocientíficos o con poca validez científica y que están tan presentes que muchas veces me hacían dejar de leer (teoría del apego, el cuerpo lleva la cuenta, emdr, niña interior, supresión del trauma...). Me costaría recomendarlo a amigas justo por esto, por si pudiera resultar contraproducente a la hora de enfrentarse a algunas experiencias o no las acercase a las habilidades que podrían ayudarles a desenvolverse mejor en su día a día.

Por otro lado, me parece muy necesaria la reivindicación que supone la parte final de su libro y muchas veces he tenido una sensación similar: hace falta añadir al discurso de las no monogamias la voz de las personas neurodivergentes, porque las herramientas y planteamientos que tradicionalmente se proponen para lidiar con ciertas situaciones están sesgados para un tipo concreto de población. Muchas veces no ser capaz de cumplir con las expectativas de este discurso (que te presupone perfectamente deconstruida y capaz de lidiar de forma autónoma con el malestar que se te pueda generar) supone vergüenza, aislamiento y sentirse "mala poliamorosa" cuando algunas situaciones no se pueden afrontar con los mismos métodos que una persona neurotípica.