Ramirenko started reading High Fidelity by Nick Hornby

High Fidelity by Nick Hornby
Rob is good on music: he owns a small record shop and has strong views on what's decent and what …
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Rob is good on music: he owns a small record shop and has strong views on what's decent and what …
Un puto mes he tardado en leer este libro tan breve. Por algo será. Realismo sucio, dicen. A mí lo que me ha parecido es una colección bastante insulsa de peroratas de chaval de 15 años. Admito que tiene unas cuantas frases muy buenas, con mucha fuerza, pero hasta ahí. Por lo demás, prosa cipotuda de la peor estofa y un aire rancio y caduco que tira patrás. Dice muchas veces "rock and roll", así, todo seguido. Que si Bowie por aquí y los Stones por allá. Y las chicas rubias, claro. Buf.
Tiene mérito que una novela de misterio aburra. Admito que la premisa es interesante, pero, por lo demás, me ha parecido una novela bastante tediosa y alambicada que no ha envejecido nada bien.
Las explicaciones pormenorizadas de cada detalle no me han resultado nada sugerentes, sino un mero relleno (típico de algunas novelas por entregas). El ritmo de la novela se sustenta en ir postergando todas las explicaciones de manera artificiosa para, se supone, enganchar al lector. A mí me ha resultado irritante. Y el final es una fumada que no hay quién se crea (y resulta necesario creer, pues toda la historia incide en el raciocinio de los hechos), en la que el autor le echa un morro impresionante inventando elementos que no estaban antes sobre la mesa.
En cuanto a la forma, el autor no sabe hacer nada con las palabras que se acerque a la belleza. Tampoco …
Tiene mérito que una novela de misterio aburra. Admito que la premisa es interesante, pero, por lo demás, me ha parecido una novela bastante tediosa y alambicada que no ha envejecido nada bien.
Las explicaciones pormenorizadas de cada detalle no me han resultado nada sugerentes, sino un mero relleno (típico de algunas novelas por entregas). El ritmo de la novela se sustenta en ir postergando todas las explicaciones de manera artificiosa para, se supone, enganchar al lector. A mí me ha resultado irritante. Y el final es una fumada que no hay quién se crea (y resulta necesario creer, pues toda la historia incide en el raciocinio de los hechos), en la que el autor le echa un morro impresionante inventando elementos que no estaban antes sobre la mesa.
En cuanto a la forma, el autor no sabe hacer nada con las palabras que se acerque a la belleza. Tampoco resulta sobrio pero elegante. No es nada, tiene un estilo amorfo.
Juan Gómez Jurado, si me lees que sepas que tienes el gusto en el culo.
Lo primero que tengo que decir, aunque sea algo injusto y ventajista de cara a la reseña de este libro, es que Javier Marías me caía realmente mal. Tuve el desatino de elegir "Vida del fantasma" como primera obra suya que leí. Se trata de una recopilación de artículos suyos aparecidos en prensa y casi me da algo al sumergirme en tanta ranciedad barnizada de elitismo cultural. Aún recuerdo con escalofríos sus rabietas por las prohibiciones antitabaco.
La imagen que proyectó en sus últimos años tampoco ayudó. Me parecía un gruñón pedante y machista, entre otras muchas cosas. Me hacía gracia verle siempre en las fotos con la librería de madera buena detrás. Estaba tan metido en su personaje que daba verdadera vergüenza ajena; pero era mucha la gente que sabe mucho de libros que me decía que escribía muy bien, así que no ha quedado otra que darle una …
Lo primero que tengo que decir, aunque sea algo injusto y ventajista de cara a la reseña de este libro, es que Javier Marías me caía realmente mal. Tuve el desatino de elegir "Vida del fantasma" como primera obra suya que leí. Se trata de una recopilación de artículos suyos aparecidos en prensa y casi me da algo al sumergirme en tanta ranciedad barnizada de elitismo cultural. Aún recuerdo con escalofríos sus rabietas por las prohibiciones antitabaco.
La imagen que proyectó en sus últimos años tampoco ayudó. Me parecía un gruñón pedante y machista, entre otras muchas cosas. Me hacía gracia verle siempre en las fotos con la librería de madera buena detrás. Estaba tan metido en su personaje que daba verdadera vergüenza ajena; pero era mucha la gente que sabe mucho de libros que me decía que escribía muy bien, así que no ha quedado otra que darle una segunda oportunidad con una novela, que es por donde debería haber empezado en su día.
“Corazón tan blanco” es el tipo de novela que me gusta, sin duda, de esas en las que pasan pocas cosas y el meollo está más en la forma de desentrañar los misterios de una cotidianidad aparentemente trivial que en una trama trepidante. Una novela psicológica, que se suele decir. En ese sentido es una obra irreprochable, pero el estilo no me ha terminado de gustar del todo. Quizá demasiado rebuscado y a veces hasta engreído, con una intención de resultar profundo que no siempre funciona. A ratos usa expresiones que no se pueden descodificar bien, como si fueran fruto de una mala traducción (el uso, varias veces, del verbo “nivelar” aplicado a la vida me ha desconcertado) o se enreda en circunloquios un tanto desatinados (aunque los haya también geniales). También le pasa que en ocasiones elige escenas que no dan mucho de sí para resultar trascendente o evocador (la subtrama de Berta o de Miriam, por ejemplo).
Su estilo paciente y minucioso casa muy bien con los desarrollos psicológicos, pero no tanto con la narración de la acción, a mi modo de ver. Me ha desesperado bastante ser tan profundamente detallista a la hora de contar, por ejemplo, cómo un personaje entra en una habitación o espera en la calle. Sobre todo me ha pasado al principio, luego la verdad es que uno se acostumbra. Sin embargo, me ha parecido magistral la manera de describir a los personajes, sobre todo el de Ranz, con cuatro rasgos aparentemente triviales pero muy bien escogidos.
El tratamiento de los personajes femeninos es lo que esperaba, sinceramente. Y todo el rato “las mujeres esto”, “las mujeres lo otro” como si fueran todas una misma cosa informe que se comporta de igual manera. No sé si serán mis prejuicios iniciales, pero he podido encontrar aquí y allá cierta pátina de su ranciedad personal.
No quiero acabar siendo demasiado negativo. El señor escribía bastante bien y alumbra muchos puntos de vista que suelen quedar en lo oscuro de nuestras vidas. Tiene reflexiones de muchos quilates sobre el daño de los secretos, sobre lo que se dice y lo que no, el efecto del paso del tiempo o la vida compartida con otra persona.
Lo intenté, señor gruñón.
Si necesitas un libro que sea un refugio temporal ante los zarandeos de la vida, este es tu libro. La atmósfera que crea constituye el clásico lugar en el que quieres quedarte, especialmente si te gusta la jardinería, pero no llega a saturar el hecho de que sea un relato bastante edulcorado en el que los personajes caen siempre de pie y (casi) todo el mundo es bueno.
Es curioso que me haya parecido que el libro se queda corto en cuanto a sacarle más jugo a los personajes y, a la vez, esa sencillez sea quizá una de sus mayores virtudes.
Creo que es importante para disfrutarlo dejar de lado toda interpretación marxista de las condiciones de trabajo de la época, la idealización un tanto bobalicona de la clase rica y cierto tufillo de ideología de realización a través del trabajo y la cultura del esfuerzo. Todo eso está, …
Si necesitas un libro que sea un refugio temporal ante los zarandeos de la vida, este es tu libro. La atmósfera que crea constituye el clásico lugar en el que quieres quedarte, especialmente si te gusta la jardinería, pero no llega a saturar el hecho de que sea un relato bastante edulcorado en el que los personajes caen siempre de pie y (casi) todo el mundo es bueno.
Es curioso que me haya parecido que el libro se queda corto en cuanto a sacarle más jugo a los personajes y, a la vez, esa sencillez sea quizá una de sus mayores virtudes.
Creo que es importante para disfrutarlo dejar de lado toda interpretación marxista de las condiciones de trabajo de la época, la idealización un tanto bobalicona de la clase rica y cierto tufillo de ideología de realización a través del trabajo y la cultura del esfuerzo. Todo eso está, pero aquí hemos venido a otra cosa. Lo digo de verdad y sin sarcasmo.
La tentación de buscar en internet cada planta que sale y tardar el doble del tiempo necesario para leerlo es algo que ni confirmo ni desmiento.
«No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era niña y no hacía …
Duele dar una nota baja a un libro como este, pero creo que tiene más valor como documento histórico que como obra literaria.
Ana escribe muy bien para su edad (de hecho a veces cuesta creer que el diario no esté reelaborado) y los apuntes sobre la situación de los judíos o la logística en la casa son realmente interesantes, pero la narración se hace bastante reiterativa y sus confesiones adolescentes no dejan de ser nada más y menos que eso, por muy madura e inteligente que fuera Ana. Leerlo entero resulta, por tanto, un tanto aburrido, aunque suene frívolo decirlo. No obstante, impresiona sumergirse en una cotidianidad tan pesadillesca y marcada por la guerra, pero en la que, a la vez, la vida se abría camino con toda su naturalidad (el amor, los celos, los enfados, la vanidad adolescente...).
Creo que lo mejor es ver un documental sobre el …
Duele dar una nota baja a un libro como este, pero creo que tiene más valor como documento histórico que como obra literaria.
Ana escribe muy bien para su edad (de hecho a veces cuesta creer que el diario no esté reelaborado) y los apuntes sobre la situación de los judíos o la logística en la casa son realmente interesantes, pero la narración se hace bastante reiterativa y sus confesiones adolescentes no dejan de ser nada más y menos que eso, por muy madura e inteligente que fuera Ana. Leerlo entero resulta, por tanto, un tanto aburrido, aunque suene frívolo decirlo. No obstante, impresiona sumergirse en una cotidianidad tan pesadillesca y marcada por la guerra, pero en la que, a la vez, la vida se abría camino con toda su naturalidad (el amor, los celos, los enfados, la vanidad adolescente...).
Creo que lo mejor es ver un documental sobre el tema para aprender y recordar sobre un horror tan insólito como cotidiano en su momento: que familias enteras tuvieron que esconderse para no ser exterminadas.
The Diary of a Young Girl, often referred to as The Diary of Anne Frank, is a book of the …
Libro ameno y simpático sobre los problemas de salud mental de un futbolista reconvertido a cantautor, presentador y monologuista. Es cierto que no es necesario que te guste el furbo para disfrutarlo, pero también es verdad que hay mucho furbo en sus páginas, demasiado para mi gusto, aunque sea interesante que la perspectiva venga del mundo de las ligas menores y de un jugador “fracasado”.
Por un lado me ha gustado. Es un texto muy accesible que se devora gracias a que todos los que tenemos problemas de salud mental podemos sentirnos identificados de alguna manera. Te enseña algo que los introvertidos y solitarios no solemos ver, que es que una persona extrovertida y sociable también puede tener que lidiar con unos demonios que nos son comunes.
Por otro lado, es un libro escrito entre dos personas y se siente demasiado como un producto diseñado para gustar y vender (creo …
Libro ameno y simpático sobre los problemas de salud mental de un futbolista reconvertido a cantautor, presentador y monologuista. Es cierto que no es necesario que te guste el furbo para disfrutarlo, pero también es verdad que hay mucho furbo en sus páginas, demasiado para mi gusto, aunque sea interesante que la perspectiva venga del mundo de las ligas menores y de un jugador “fracasado”.
Por un lado me ha gustado. Es un texto muy accesible que se devora gracias a que todos los que tenemos problemas de salud mental podemos sentirnos identificados de alguna manera. Te enseña algo que los introvertidos y solitarios no solemos ver, que es que una persona extrovertida y sociable también puede tener que lidiar con unos demonios que nos son comunes.
Por otro lado, es un libro escrito entre dos personas y se siente demasiado como un producto diseñado para gustar y vender (creo que está arrasando en las librerías). La última parte, por su cercanía temporal, tiene un inevitable carácter autopublicitario un tanto repelente.
Lo leí con 20 años y tenía ganas de darle otra vuelta para comprobar si es un libro que se disfruta más en la juventud o en la madurez. La verdad es que no me ha quedado claro y quizá lo que ocurre es que no sea uno de esos libros hechos para ser disfrutados.
Yo no fui un adolescente como Holden Caulfield. No fui rebelde, no ligaba y no tuve ese éxito social compatible con su extrañeza hacia el mundo adulto. Entiendo que hace falta ser como él para identificarse, porque si no lo cierto es que llega a ser un personaje bastante antipático. Es probable que sea un personaje diseñado para caer mal, en cualquier caso, ahí está la clave. Es una de esas obras incómodas en las que hay que buscar la reflexión por encima de la identificación, aunque hay ciertos rasgos en lo que cualquiera se …
Lo leí con 20 años y tenía ganas de darle otra vuelta para comprobar si es un libro que se disfruta más en la juventud o en la madurez. La verdad es que no me ha quedado claro y quizá lo que ocurre es que no sea uno de esos libros hechos para ser disfrutados.
Yo no fui un adolescente como Holden Caulfield. No fui rebelde, no ligaba y no tuve ese éxito social compatible con su extrañeza hacia el mundo adulto. Entiendo que hace falta ser como él para identificarse, porque si no lo cierto es que llega a ser un personaje bastante antipático. Es probable que sea un personaje diseñado para caer mal, en cualquier caso, ahí está la clave. Es una de esas obras incómodas en las que hay que buscar la reflexión por encima de la identificación, aunque hay ciertos rasgos en lo que cualquiera se puede reflejar al menos parcialmente.
Lo que no recordaba, quizá porque no lo comprendí en su momento, es que la historia puede ser leída como una prolongada crisis de ansiedad. No es un libro para disfrutar con la trama, que no puede ser más aburrida, sino para darse cuenta del sufrimiento que habita debajo de todos los problemas de un chaval: el aislamiento, la extrañeza, la pérdida de seres queridos, la incomprensión del mundo adulto, la competitividad social en la escuela, los abusos sexuales y un largo etcétera que puede rastrearse si se está atento a lo que no se cuenta. Ninguna de estas cuestiones se hacen conscientes en la rebeldía de Holden, sino que simplemente él odia todo lo que le rodea, y esto es precisamente lo que es difícil de digerir como lector. Si no se entra ahí, difícilmente el libro puede gustar. Entiendo que este tratamiento de forma y fondo supuso un hito en la historia de la literatura.
Un detalle en cuanto al estilo: me parece bastante fastidioso y torpe el uso de la recurrente coletilla “y todo eso” para marcar el tono adolescente de la narración. No creo que sea necesario.