User Profile

Esta novela conjuga una maestría estilística con una historia horrorosa, que por momentos hace desear al lector que no fuera verdad. Luego de una breve reflexión, cae en cuenta que su cantera se localiza en la cotidianidad de un México paupérrimo, cuya fe es el poder y el placer. Su contexto sociohistórico es el de la Guerra al narcotráfico, inaugurada por el infame Felipe Calderón y secundada por los partidos políticos en el poder. No obstante, la propuesta estética de Temporada de huracanes critica mostrando, desgarra diciendo la verdad y juega usando la jerga de las calles de algún lugar perdido en el Golfo de México.

El estilo de la narración de este libro impresiona por la precisión con la que reproduce el habla cotidiana. El «sonido» de esas palabras sumergen aún más al lector en esta historia cruda, desgarrada, casi animal.

Mi lectura tuvo que filtrar algunas ideas y pasajes que me parecieron fuera de lugar, el libro plantea cinco escenarios que me parecen muy interesantes y dignos de estudiar con cuidado. Al final del libro hay un pasaje sobre el proceso terapéutico del reconocimiento de las heridas: reconozco mi ignorancia y poca comprensión del «simple» hecho de reconocer cierta situación o condición psíquica como la causa (¿única?) de mejorar los traumas presentes o pasados.

Aunque a veces las afirmaciones de Jaspers son explosivas y el lector siente la urgencia de explicaciones (de definiciones, sobre todo), este no deja de ser un libro de una visión panorámica del hombre, mundo y Dios en el contexto de la filosofía. Hacen falta muchos detalles, conexiones y precisiones; sin embargo, despierta muy bien el interés, llega profundo y la diversión no falta. :P

De la física de los primordios —los átomos a la lucreciana—, parecía desprenderse una postulación difícil de la libertad e incluso de un teísmo; sin embargo, poco después de una descripción profusa de esta física (y sin dejar títere con cabeza, de los llamados «fisicalistas») habla de la autonomía en la decisión del corazón y alma humanos. Justo en el Libro II, estas cuestiones quedan en vilo y por supuesto, casi como si se tratara de una novela, la historia seguirá para saber si los primordios permiten en su física o, mejor aún, en su ontología algo como un dios y el libre albedrío.

@monromac@lectura.social Pitol era un maestrazo para traducir. Sus versiones de literatura polaca no tienen desperdicio.