Ramirenko reviewed Desgracia/ Disgrace by J. M. Coetzee
Desgracia
4 stars
Es una novela durísima en la que el lector ha de estar dispuesto a lidiar con temas tan espinosos como la cultura de la violación, el abuso de poder, el machismo omnipresente, el racismo estructural y su contrapartida en forma de violencia, también racial. Muchas de estas cuestiones, además, están transitadas sobre la línea, en el terreno de los grises.
Es decir, que bien, lo que se dice bien, pues uno no lo pasa leyéndola… Es una historia que pone en aprietos morales, que remueve y que nos presenta una cara de la sociedad dramática y terrible, con un punto de vista de triste resignación. También es una novela sobre un momento y un lugar en transformación (Sudáfrica en los años 90) y sobre cómo un hecho fortuito puede cambiar tu vida.
Está narrada en tercera persona y se da voz a un personaje con una ética muy cuestionable, lo …
Es una novela durísima en la que el lector ha de estar dispuesto a lidiar con temas tan espinosos como la cultura de la violación, el abuso de poder, el machismo omnipresente, el racismo estructural y su contrapartida en forma de violencia, también racial. Muchas de estas cuestiones, además, están transitadas sobre la línea, en el terreno de los grises.
Es decir, que bien, lo que se dice bien, pues uno no lo pasa leyéndola… Es una historia que pone en aprietos morales, que remueve y que nos presenta una cara de la sociedad dramática y terrible, con un punto de vista de triste resignación. También es una novela sobre un momento y un lugar en transformación (Sudáfrica en los años 90) y sobre cómo un hecho fortuito puede cambiar tu vida.
Está narrada en tercera persona y se da voz a un personaje con una ética muy cuestionable, lo cual se presta a los típicos malentendidos que pueden identificar a dicho personaje con el propio autor. Esto ya me lo he encontrado en algunas reseñas.
Lo que menos me ha gustado es sentir que los personajes a menudo actúan de manera poco lógica; como guiados, unas veces, por un fatalismo un tanto impostado y, otras, por un extraño síndrome de Estocolmo; pero también sabemos que la vida a veces es exactamente eso.