Es un libro precioso. Me resulta difícil de comentar porque hay tanto en él que me resuena, que hacer un comentario me parece pobre y para explicar porqué tendría que dar una chapa importante. Creo que vale mucho la pena acercarse a él y, una vez leído, retornar de vez en cuando a sus páginas para recordarnos algunas cosas importantes. Entiendo porqué muchas personas, tras leerlo, dicen que les ha cambiado la vida. El acercamiento que hace la autora a la naturaleza, mezclando el punto de vista científico y la relación con el entorno que tienen los nativos americanos, desde su tradición y espiritualidad, es un ejercicio bellísimo pero lo verdaderamente importante son las reflexiones a las que lleva, a nivel general y a nivel individual. Me he emocionado en algunos capítulos y, a pesar de que su mensaje quiere ser positivo me resulta imposible no terminarlo y pensar que se escribió hace 10 años, que hay cosas que plantea que se están debatiendo hoy en día, debido a la crisis climática, y que vamos tarde. Pero, aunque parezca contradictorio, creo que es una obra que puede ayudar con la ansiedad climática.