Que me perdone Vonnegut por haberlo pausado para leer a Brown, pero qué feliz me hizo esa decisión y cómo me gustaría poder volver a descubrir este libro. Tal vez si le pongo un dínamo a mi máquina de coser...
¡Excelente! Un libro que se lee solo. Si bien no es Borges, me entretuvo y me devolvió el entusiasmo por la lectura y las ganas de pasar a Asimov, a C. Clarke, etc.
Uno de los mejores libros acerca de periodistas que viajan por el mundo preferentemente en ferrocarril y sienten poca simpatía por el peronismo a punto tal de escuchar sobre Perón en Polonia.
Lindo cuentito para leer con algún nene; es una historia para chicos pero le pega un lindo palito al periodismo y a cierta idiosincracia de teléfono descompuesto que perdura en nuestra sociedad.
Una novela de ficción que es un biabazo inesperado en lo profundo de una noche estrellada rural, o tal vez un ajolote que te lleva a navegar por las aguas turbias de su pecera.