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Olegaroy está como una cabra, pero dice verdades como puños. Raro, incómodo y brillante. No es para todos, pero a mí me ha dejado pensando.

Quedé encantada con El hombre. La estructura es arriesgada y brillante, las voces son tan diferentes entre sí y tan potentes que te atrapan desde el primer momento. Además, la parte histórica que aborda, que nunca me había dado por leer, me ha resultado totalmente novedosa y fascinante. Arriaga muestra una madurez literaria excepcional: lenguaje directo, personajes que son vidas abiertas en canal y una visión de la violencia como huella profunda, no como un mero espectáculo.

Le doy 5 estrellas porque es un libro para lectores que saben a lo que se enfrentan cuando toman un libro suyo: denso, arriesgado y humano. Justo lo que necesita para ser grande.

Algunos relatos me interesaron, pero el conjunto me pareció flojo e irregular. Seguiré su trabajo y evolución, sobre todo por formar parte de esta nueva cantera canaria.

Me encantó la mezcla de aventura, humor y romance en la primera parte. Pero la última sección, con tanta interrupción y esa falsa secuela, me resultó pesada y sobrante; ya era rizar el rizo. Aun así, es un libro muy bueno.

Copio y pego mi comentario del primer libro -Ninguno de nosotros volverá- porque cuando termino de leerlo no me quedan palabras. Me sorprende como hechos tan horribles se escriban con tanta belleza y crudeza a partes iguales. Grande, Delbo; muy grande.

Es un libro que, al leerlo, te atraviesa el alma: susurra lo indecible con una belleza fría como un puñal. Fragmentos que golpean por su dureza, pero son necesarios para no olvidar.

Un relato incómodo y afilado, donde Ferrante esboza temas que luego desarrollará mejor en La amiga estupenda. Interesante como previa, pero me faltó profundidad.

Una novela interesante por su contexto y el tema del “passing”, pero me ha resultado fría y algo tediosa. Mucha introspección y poca conexión con los personajes. Admiro lo que plantea, pero no me atrapó.