Una obra magistral que nos explica el proceso de modernización y nacionalización de Francia en el siglo XIX. Weber da un análisis profundo para mostrar cómo las políticas del estado moldearon la identidad nacional. Es una muy buena referencia para comprender el desarrollo de las naciones modernas. A pesar de que varios aspectos que presenta son ampliamente debatibles por su afán centralizador este libro ha resultado ser extraordinario.