La prosa de Sampedro es emotiva, sensorial muy rica en detalles evocadores que te hace vivir, sentir el bullicio de Alejandría, pero lo más maravilloso es la construcción de sus personajes tan complejos en cuanto a profundidad psicológica que llegas a conectar con ellos desde las primeras páginas. La recreación histórica es magistral; la novela invita a profundas reflexiones sobre el tiempo, el destino, la libertad...(es su punto fuerte). Si decides sumergirte en esta historia lo has de hacer sin prisas, paladeando como si de tomar un buen vino se tratase. Este es un libro que nunca olvidaré y estará en ese lugar de mi estantería; el especial.