Back

reviewed El pacto ambiguo by Manuel Alberca Serrano (Colección Estudios críticos de literatura -- 30.)

Manuel Alberca Serrano: El pacto ambiguo (Spanish language, 2007, Biblioteca Nueva, Brand: Studia Humanitatis Inc.) No rating

Review of 'El pacto ambiguo' on 'Goodreads'

No rating

Alberca señala que hay una manifestación novelística que se desarrolla en los mismos años que la explosión autobiográfica post 1975, la que se presenta como ficción y al mismo tiempo tiene apariencia autobiográfica, ratificada por la identidad de autor, narrador y personaje. Este fenómeno podría estar señalando un cambio en la intención autobiográfica. Se trata de un fenómeno de hibridación de formas, un género impuro e imperfecto. El término con el que generalmente se las conoce es autoficción (usado por Doubrovsky, que se inspiró en una de las casillas vacías de los cuadros de Lejeune), y propone al lector un tipo de lectura vacilante porque si bien parece anunciarle un pacto novelesco al mismo tiempo lo invita a una lectura autobiográfica (por la identidad de autor, narrador y personaje).

La autoficción implica una especie de pacto ambiguo, que emborrona la cara teoría de Lejeune porque produce un campo intermedio entre los dos grandes pactos literarios, entre los relatos “verdaderos” y los “ficticios”. El pacto ambiguo también puede producir otras manifestaciones narrativas, como la factual fiction.

El pacto ambiguo toma del pacto autobiográfico la identidad entre autor, narrador y personaje, y del pacto novelesco la referencialidad mínima, es decir, la postulación textual de una realidad ficticia.

La autoficción opera con una lógica distinta a la que dice que la creación literaria hunde sus raíces en lo biográfico (lo vivido, lo imaginado o soñado por el autor) que es disimulado (camuflado, recreado artísticamente) dentro de las obras. La propuesta autoficcional es la de confundir persona y personaje, hacer de la propia persona un personaje, e insinuar, de manera confusa y contradictoria, que ese personaje es y no es el autor.

La autoficción se ofrece con plena conciencia del carácter ficcional del yo y, por tanto, no tiene sentido delimitar la veracidad autobiográfica ya que el texto propone ésta simultáneamente como ficticia y real.

Presenta un inestable y confuso equilibrio entre lo “vivido” y lo “ficticio” que hace vacilar al lector por la manera de alterar las coordenadas convencionales. El campo autoficcional resulta de la superposición del discurso ficticio en el discurso autobiográfico en diferentes maneras y dosis. No se borran las huellas referenciales, por lo que lo real-biográfico irrumpe en lo literario mientras que lo ficticio se confunde con lo vivido, con el fin de fomentar la incertidumbre de lector.

El peritexto y el paratexto puede incluir pistas y pistas falsas que orientan la lectura hacia la novela o la autobiografía y en definitiva inducen a una lectura vacilante. La autoficción reclama un tipo de lector especialmente activo que se deleite en el juego intelectual de posiciones cambiantes y ambivalentes y que soporte ese doble juego de propuestas contrarias sin exigir una solución total.

La autoficción ofrece dos modalidades de presentar la identidad: a través del nombre propio y, cuando está ausente este, a través de una serie de datos personales expresos en el texto. Cuando el nombre propio está presente, al tratarse de autoficción, se produce una ficcionalización del mismo, la conversación de la persona del autor en personaje novelesco, con sus mismos, parecidos o inventados, rasgos de identidad. Para Alberca la cuestión del nombre propio es muy importante en la autoficción (y le parece paradigmático cuando también es ambiguo ese nombre propio) porque ejemplifica el desapego posmoderno del yo y propone la identidad como una ficción o la ficción de la identidad mientras trastoca creativa y críticamente las fronteras entre biografía y novela.