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Review of 'Los Herederos' on 'Goodreads'

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La escuela lleva a cabo la reproducción de la estructura socio-cultural, es decir de la estructura de relaciones entre los grupos sociales y de la cultura de las clases dominantes. Lo hace a través de la inculcación de valores pertenecientes a esa cultura (así la legitima), la selección de grupos en función de su asimilación de dicha cultura arbitraria, y por lo tanto la designación (desigual e injusta) de los herederos de tales valores culturales. Esto es la educación para Bourdieu, el modo más grave de violencia simbólica. La escuela reproduce las desigualdades sociales como si fueran parte de un orden natural, como si estuvieran dadas por las diferencias entre dotes naturales.

Esta reproducción se da a través de la violencia simbólica y la arbitrariedad cultural, que se instrumentaliza a través de los elementos que conforma el aparato escolar:

Acción pedagógica: Es imponer e inculcar ciertos valores culturales según un modelo arbitrario, presentándolos como legítimos mientras se disimula las relaciones de fuerza que hay detrás.
Autoridad pedagógica: Poder arbitrario de imposición que intenta legitimar como verdadero lo que transmite por el hecho de transmitirlo legítimamente.
Trabajo pedagógico: Tiene como objetivo la creación de un hábito, es decir, que el alumno interiorice la arbitrariedad cultural para que luego la reproduzca y transmita durante el resto de su vida.
Sistema de enseñanza: Conformado institucionalmente por personas y cosas, busca la autorreprodución perfecta a través de la homogeneidad, rutina, consenso, programación, y de la prohibición implícita de la heterodoxia.
Autoridad escolar: Forma institucionalizada de la autoridad pedagógica. Se distingue en que le viene al agente por legitimación expresa del sistema de enseñanza y por tanto incuestionable.
Trabajo escolar: Opera del mismo modo que el trabajo pedagógico pero legitimado por el sistema de enseñanza.

La escuela inculca el sistema de valores dominantes, selecciona por criterios culturales a “los grupos dominantes” y a sus “herederos” (mediante exámenes, calificaciones, tests), asegura a la sociedad y sobre todo a los padres que tal selectividad es legítima, y prepara a los individuos para que después de la escolarización o desaparezcan sus efectos y continúe actuando la arbitrariedad cultural inculcada. Así, el sistema es legitimado, incluso por las propias víctimas.

Para Bourdieu y Passeron, la razón del fracaso de la escuela está en la falta de verdadera comunicación pedagógica: ni el profesor se hace entender con su lengua académico-burguesa ni los modelos de cultura que propone, venidos de la tradición ilustrada, son interiorizados plenamente por quienes están en otra frecuencia cultural. Así el poder social es conservado perpetuamente por los mismos grupos.

Algo similar a lo que ocurre con la cultura pasa con la lengua. Los distintos códigos lingüísticos, determinados muchas veces por la primera educación de clase, tienen distinto valor social. La escuela impone uno de ellos como norma lingüística, como forma correcta de hablar.

El examen es otra herramienta importante para la reproducción de desigualdades. Bajo su apariencia de instrumento de igualdad, el examen funciona como dispositivo de segregación, pues no solo elimina y selecciona a los que se someten a él sino a los que el propio sistema excluye previamente y a los que se autoeliminan por falta de esperanza de éxito o miedo (por sentirse destinados, a raíz de su clase social y educación previa, a renunciar a los exámenes o a exámenes menos difíciles propios de estudios de segundo orden).

Así, la escuela transforma ventajas sociales preexistentes en ventajas escolares, las cuales a su vez vuelven a otorgar ventajas sociales.

En la conclusión tocan algunos temas interesantes, menciono un par de ellos:

Hablan de la problemática de los concursos u otros mecanismos de selección de candidatos ciegos a la clase sociocultural de los postulantes pero aún así injustos por naturaleza pues convierten los privilegios de clase en méritos individuales: es decir, ignora que la desigualdad es previa y los miembros de clases más altas vienen con una serie de ventajas que los predisponen a ganar estos concursos. Aún así, no encuentran ningún otro sistema mejor para la selección (aunque enfatizan que en la enseñanza propiamente dicha se debe introducir la consideración de las desigualdades reales).

También hablan de la ideología carismática: aquella propia de las clases privilegiadas y a la que también es muy vulnerable la burguesía (incluyendo los docentes). Esta ideología legitima los privilegios culturales y herencias sociales al interpretarlos como talento individual o mérito personal. Es un tipo de esencialismo que refuerza los determinismos sociales.

P.D.: Cada vez que me encuentro con un texto escrito hace ya un tiempo (en este caso 60 años, no tanto como en otros casos pero bastante) y que parece explicar más o menos adecuadamente algún aspecto de la realidad actual, flasheo un poco pensando en los textos teóricos visionarios pero ignotos que estarán siendo escritos ahora mismo y de los que probablemente yo muera sin saber nada.