No es un libro cómodo, porque el protagonista llega a ser un tanto cargante por su mal llevada crisis de la mediana edad. Su egoísmo y mezquindad a veces es desesperante, pero también hay mucha verdad ahí y mucho espejo en el que mirarse para revisarse.

Creo que en esa ambivalencia moral está su encanto y también la razón de que tanta gente lo odie (muy especialmente si eres mujer, de manera lógica).

Yo me quedo un poco en medio. Me ha costado trabajo acabarlo, pero también hay reflexiones hondas en las que reconocerse. Es un poco un manual sobre el amor romántico tóxico, y si te lo tomas así puede ser bastante interesante.

Lo mejor que me llevo es haberme acercado a la música de Gram Parsons, al principio por curiosidad y ya para siempre.