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Mary Shelley: Frankenstein (Paperback, Spanish language, 2007, Cátedra) 4 stars

Cuando Mary Shelley publicó "Frankenstein" tenía veinte años y era su primera novela, y lo …

Review of 'Frankenstein' on 'Goodreads'

5 stars

¡Qué novela magnífica! Frankenstein es una conmovedora fábula constelada por personajes de las sensibilidades más elevadas en la que se reflexiona sobre la condición humana y el alcance del deber moral con la intensidad emotiva propia del Romanticismo.

Para quien no esté familiarizado, la criatura imaginada por Mary Shelley poco tiene que ver con el monstruo verdoso con la frente alargada que forma parte del imaginario "halloweenesco" contemporáneo. Lo que en esta novela encontramos es lo siguiente: Un protagonista, Viktor Frankenstein, un joven ginebrino movido por una sincera pasión por las ciencias naturales, admirado de la naturaleza y de las leyes que la gobiernan, orgulloso de su propio intelecto pero con una gran inclinación moral hacia la humanidad. Por otro lado, el demonio, la criatura que artificialmente recibió la vida otorgada por Frankenstein, un ser con inteligencia y conciencia humanas pero con cuerpo deforme y sobrehumano, y que, a causa de su deformidad, no recibiría por parte de los auténticos humanos más que desprecio y odio, hasta tal punto de no ser gratificado ni siquiera con la dignidad de recibir algún nombre propio a lo largo de toda la obra.

En la novela, tejida a tres voces (la de Viktor Frankenstein, la de la criatura y la de Robert Walton, un explorador que recopiló sus relatos tras escucharlos de boca de Frankenstein), nos enfrentamos a dos horrores que son contraparte el uno del otro: el del hombre corrompido por su propia creación y el de la creación corrompida por los hombres. Nosotros los lectores, como el personaje de Robert Walton, nos encontramos en la curiosa posición por la cual llegamos a sentir una honda compasión por ambas almas desgraciadas.

Lo conmovedor y apasionado del estilo del relato es un reflejo, a mi entender, de la propia sensibilidad de una jovencísima Mary Shelley, que además de novelista creo que deberíamos considerar ante todo como pensadora, pues esta obra, que recoge algunos de los principales caracteres de la sensibilidad romántica (la poesía de Coleridge y Wordsworth, la experiencia sublime de la naturaleza, el afán explorador y desafiante del ser humano y las humanas pasiones en general), contiene dentro de sí un constante interrogarse filosófico sobre la condición humana y el deber moral. Sí, del tormento de Frankenstein podemos extraer a modo de "moraleja" los peligros de la hýbris, es decir, de la prepotencia con la que el ser humano intenta transgredir los límites de su condición, desafiando a las leyes naturales o divinas. Pero el tormento de la criatura, que insistentemente nos es descrita como aborrecible, nos hace preguntarnos sobre qué nos vincula moralmente los unos a los otros, sobre el prejuicio y las pasiones irracionales y violentas que es capaz de desatar, sobre el inmensurable sufrimiento posible en el hecho de no ser reconocido como humano, no poseer patria ni hogar y ser condenado al odio eterno.

Todas estas cuestiones aparecen exquisitamente entretejidas en la expresiva y emotiva prosa de Mary Shelley, una auténtica pionera de la ciencia-ficción y del thriller psicológico a la que no le hace falta redundar en detalles técnicos ni escabrosos para sumergirnos en la creciente y angustiosa oscuridad que aflige a un corazón hondamente perturbado por su horrorosa culpabilidad.