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Review of 'EL BUEN SEXO MAÑANA' on 'Goodreads'

5 stars

¡Qué relevante me parece este ensayo! Me parece que la de Katherine Angel es una interesantísima aportación a los debates que han puesto sobre la mesa movimientos como el #MeToo y, en el contexto español, las movilizaciones en torno al caso de la "Manada".

En este texto, Angel examina diversos discursos que sobre la sexualidad humana, y la femenina en particular, se han hecho desde distintas posiciones y con intenciones diversas a lo largo del último siglo, desvelando sus aspectos problemáticos: el discurso centrado en torno a la noción de consentimiento (y de "consentimiento entusiasta"), los constructos teóricos respecto al deseo y la excitación elaborados a partir de los celebérrimos estudios de Kinsey y de Masters y Johnson, el impacto de la Viagra en la concepción del deseo masculino y el femenino, etc. En todo momento, nos invita a preguntarnos: ¿Qué consecuencias tiene la aceptación de estos paradigmas en la vida sexual concreta de las mujeres? ¿Contribuye a crear las condiciones para que el sexo para las mujeres sea mejor? Y, en esto, la autora hila muy, muy fino.

Muy, muy fino hila también al desvelar el problema oculto en la mayoría de estos planteamientos: ¿Y qué pasa con la sexualidad masculina? ¿Por qué esta no se pone en cuestión, no se somete a escrutinio? Una de las tesis principales del texto es que el discurso que exhorta a las mujeres a ser claras y directas sobre lo que quieren en el sexo pone sobre ellas el peso de la responsabilidad de que sus límites no se vean sobrepasados. ¿Por qué sobre ellas y no sobre los hombres, que son quienes sobrepasan esos límites?

Katherine Angel nos introduce a un modo mucho más complejo y sensible de pensar la sexualidad, conduciéndonos hacia un problema incómodo en todo este debate: ¿Por qué deberíamos saber perfectamente lo que queremos, y de una vez por todas? ¿Y si no lo sabemos? ¿No tenemos derecho a poder explorar nuestra sexualidad en compañía sin que la tentativa y la duda se vean tomadas como un permiso absoluto y, por tanto, no sean para nosotras una puesta en riesgo (es decir, sin que sean un pretexto para que abusen de nosotras)?

Sex is made up of countless acts of questioning, expression and exploration. Why should we know what we want? Why should we not expect men to proceed, with us, in exploration?

Que la autora nos lleve a este terreno de lo incierto y de lo ambiguo (de lo vulnerable, consideración a la que dedica un capítulo entero) que hay en la compleja interacción que es el encuentro sexual da pie a fecundas reflexiones que, personalmente, creo que nos podrían dar lucidez renovada a la hora de enfrentarnos a este tema y pensar en nuestro propio modo de vivir la sexualidad. Las mujeres deberíamos tener derecho a no saber, a explorar y aprender sobre la marcha sin que eso nos exponga (o nos haga sentir expuestas) al abuso; los hombres, a su vez, deben saber aceptar un no, explorar con nosotras desde el respeto y el cuidado y aceptar y abrazar su propia vulnerabilidad.

Este ensayo está escrito centrándose en relaciones heterosexuales, pero la autora matiza que dinámicas similares a las que describe pueden darse en relaciones homosexuales también, dado que al fin y al cabo se trata de un esquema de desigualdad de poder que puede producirse bajo otras formas. En sus análisis, además, tiene en cuenta también los efectos del racismo en el modo en que se representa el deseo de las mujeres y hombres de color y las consecuencias que eso tiene en una mayor revictimización de las mujeres de color.

En suma, recomiendo mucho este ensayo por lo agudo de su análisis y lo sensible de su propuesta, creo que todas/os podríamos aprender de él.