🌸Raquel de Abril🌸 reviewed El gobierno de las emociones by Victoria Camps (Colección Pensamiento Herder)
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4 stars
Mi valoración de este ensayo se podrÃa resumir de la siguiente manera: su tesis me ha gustado muchÃsimo, la aplicación que de ella hace la autora, no tanto.
La tesis de este libro es que el cometido de la ética es el gobierno de las emociones, que la moral no puede reducirse a normas y acciones sino que consiste también en una sensibilidad que hay que educar y que el sentimiento es fundamental para la motivación moral y, por tanto, para salvar la brecha entre teorÃa (conocimiento del bien) y práctica (hacer el bien). Su propuesta podrÃa describirse como algo asà como una ética de las virtudes actualizada al siglo XXI.
A sus fuentes filosóficas (Aristóteles, Spinoza y Hume), Camps dedica sus primeros cuatro capÃtulos. A los siete capÃtulos siguientes dedica el análisis de diversas emociones, cuyo papel en la moral reivindica y examina: la vergüenza, la compasión, la indignación, el miedo, la confianza, la autoestima y la tristeza (las "sub-tesis" de estos capÃtulos me han gustado, pero algunos tramos los he encontrado redundantes, es quizá la parte que he encontrado más repetitiva). Finalmente, dedica tres capÃtulos a analizar el modo en que esta dimensión sentimental debe articularse en relación con la educación, la polÃtica y la ficción.
Como decÃa, para mÃ, donde falla la autora es en su "aplicación". Camps es una filósofa que podrÃamos llamar institucional o, en otras palabras, reformista. En ningún momento critica como tal a las instituciones que nos rigen social y polÃticamente, sino que su propuesta mira a ¿mejorarlas? dándoles un toque más emotivo. PodrÃamos creer entonces que todo el problema de nuestra sociedad y de nuestras instituciones se refieren a un exceso de racionalismo. Cae asà en una propuesta, a mi entender, estéril o impotente, porque no se dirige a las verdaderas causas del imperio de la razón instrumental más frÃa (ninguna mención por su parte a la escuela de Fráncfort en este sentido). Además, esto la hace representar algunos problemas de formas simplificadoras y, en mi opinión, erradas. Por ejemplo, al abordar la cuestión del nacionalismo, la reduce a una postura liberal-cosmopolita y comunitarista-nacionalista, lo que no hace en absoluto justicia al quid de la cuestión y mete en el mismo saco el nacionalismo más ultraconservador y reaccionario con las identity politics de izquierdas.
Por lo demás, como decÃa, su tesis me parece muy interesante y enriquecedora y está muy bien articulada a partir de sus fuentes filosóficas, lo que hace que sea una propuesta en el ámbito de la Ética que merece mucho la pena conocer.