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Hay que reconocer cualquier intento de mirar la guerra desde el punto de vista personal y humano de los combatientes. En este caso, tenemos un libro entretenido que solo en contadas ocasiones consigue su objetivo. Si ya has leído otros libros de Pérez-Reverte, prácticamente te puedes imaginar este sin necesidad de leerlo.

No me ha enganchado. Es un libro de transición dentro de su serie de Episodios Nacionales. Galdós se centra en desarrollar la trama de los personajes, con solo unas pinceladas históricas. A destacar la crónica social del entierro de Larra y el avance del romanticismo. Poco más que destacar, aparte de preparar la trama para los episodios siguientes.

Presenta una selección de cuadros e intenta acercarnos al autor o a los personajes, con fragmentos en primera persona. No ha llegado a emocionarme mucho, la verdad, pero me ha valido para acercarme a obras que no conocía.

Imprescindible para cualquier aficionado a la historia, este pequeño y delicioso libro nos avisa de los errores más comunes y nos da las claves para entender los principales dilemas y dificultades con los que se han encontrado los historiadores. A pesar de haber sido escrito hace medio siglo, sus reflexiones son intemporales, y todas las problemáticas y errores que describe siguen acosando a los historiadores actuales. Para entender qué es y qué no debe ser la historiografía.

Un libro muy entretenido y muy bien escrito, en un estilo preciosista, pero ligero al mismo tiempo. Tiene momentos emocionantes e interesantes, pero no es, a mi entender, esa maravilla que nos están contando.

Se suele cometer el error de reducir la realidad africana a una historia de la colonización. Casi todos desconocemos que existieron en África imperios más grandes que los europeos y cartas constitucionales mucho antes de la Revolución Francesa.

Un libro muy entretenido y muy bien escrito, en un estilo preciosista, pero ligero al mismo tiempo. Tiene momentos emocionantes e interesantes, pero no es, a mi entender, esa maravilla que nos están contando. A menudo, pasarse con las expectativas no es bueno.