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Este libro traiciona aún más a los dos originales de los Cantos (a partir de ahora y para lo que a mí respecta, los dos únicos)

El protagonista no aporta absolutamente nada, más bien resta. Disfrutamos poco de Federico De Soya, Aenea es insoportable y todo lo que el libro explica o desvela sobre los Cantos es decepcionante. Sólo se salva el primer cuarto o tercio del libro, que al menos es entretenido.

Endymion y El ascenso de Endymion son indignas continuaciones de una obra de arte como los Cantos.

Una vez leído El ascenso de Endymion, coincido con los que opinan que estos dos libros no deberían existir, que traicionan los maravillosos Hyperion y La caída de Hyperion. Parecen haber sido escritos por otro escritor.

Este en concreto conserva algunas de las buenas cualidades de los dos primeros libros de los Cantos, aunque no está al mismo nivel, ni mucho menos. Parte del viaje entre mundos se hace tedioso y parece alargar el libro sin mucho sentido. El protagonista, Raúl, no aporta absolutamente nada. Aún así podemos disfrutar de algunos grandes momentos y sobre todo con el gran personaje que es De Soya.

Una novela inquietante que consigue hacerte sentir incómodo mientras acompañas a los protagonistas en su descenso a la locura. Me gustó mucho su primera mitad, pero a partir de ahí la historia se vuelve algo pesada para mí gusto, girando demasiado en torno a las mismas ideas.

Como el anterior, un libro denso y genial, con una trama cuidada hasta el final, un final digno para la saga. El trabajo de Hamilton en los libros es admirable, y mantiene la intriga hasta la última página, con buenas dosis de emoción, drama y acción.

La saga se me ha terminado haciendo pesada, a pesar de lo mucho que me gustó el primer libro, pero las conversaciones se vuelven repetitivas, los protagonistas, insulsos, y la trama también parece que va de más a menos a lo largo de los libros. No está mal, es entretenido, pero comparando el primer libro con cualquiera de los siguientes, no hay color.

Fascinante como el anterior, engancha de principio a fin. También es verdad que la historia no es tan interesante, ni la ambientación tan buena (terrorífica, asfixiante) como Visión ciega, pero es que ese libro, para mí, es una obra de arte, y era difícil mantener las expectativas con las que empecé a leer éste.

En esta ocasión el protagonista es más humano, lo que ayuda a empatizar más con él, y a veces hasta echar unas risas.

Brutal, oscura y llena de magia, Hanrahan escribe historias fantásticas sobre una base de madurez, congruencia y personajes trabajados que permiten sumergirte completamente en el libro. A través de nuevos y viejos protagonistas seguimos la evolución de Guerdon a la vez que ampliamos el mundo de la saga del Hierro Negro. Emocionante de principio a fin.

Tan actual ahora (da igual cuando leas esto) que en 1944. La historia se repite una y otra vez, solo cambian los medios, solo cambian los cerdos.

La tiranía, la opresión, las guerras por intereses económicos o políticos, la propaganda, los engaños...

Y nosotros seguimos siendo ovejas.

Como concepto, el libro me parece rompedor, más aún en la época que fue escrito. Pero al igual que con Valis, me parece un conjunto de grandes ideas y visiones mal contadas. La historia no me engancha y no conecto con los personajes, aunque es entretenido y he disfrutado de las extrañas ocurrencias de Dick.

Este sí. Este tiene todo lo que esperaba del primer libro. Conserva lo mejor de Sistemas críticos (Matabot); añade una relación muy simpática con un nuevo gran personaje; la trama, aunque menos compleja, es interesante, coherente y engancha; y mantiene todas esas cosas buenas de principio a fin. Igual esperaba mucho del primero y no tanto del segundo, pero éste me ha dejado mucho mejor sabor de boca.

Clarke imagina en qué derivaría una dictadura benevolente de una raza superior a la nuestra, que intenta imponer una utopía. Es sorprendente lo bien que ha envejecido a pesar de ir camino de los tres cuartos de siglo, lo cual dice mucho de la visión del escritor. Una lectura entretenida que invita a plantearnos muchas cuestiones.

Un genio loco que busca sentido al sufrimiento y a la irracionalidad de la vida, se impone la misión de encontrar a Dios.

Original sin duda, extraño aunque con ideas interesantes, me ha parecido entretenido aunque no me ha hecho sentirme iluminado.

Un sistema estelar entero que desaparece de la vista es solamente, y a pesar de su magnitud, la punta del iceberg de una historia inmensa y con muchas ramas muy diferentes entre ellas, y más o menos relacionadas entre sí y con el gran misterio inicial.

El piloto que busca rememorar antiguas glorias, la investigadora obsesionada con conseguir capturar a su némesis, el aventurero tras la verdad sobre los alienígenas más esquivos, el terrorista a sueldo de fanáticos que creen estar salvando a la humanidad...

Hay que quitarse el sombrero ante el universo que ha construido Hamilton, tan extenso, tan detallado y tan espectacular, mostrado a través de los ojos de los muchos personajes presentes en el libro. Un libro muy denso, pero inteligente, maduro y entretenido. Sin duda, una obra maestra de ciencia ficción.

Excesivamente lento, excesivas situaciones y conversaciones insustanciales. Sigue estando muy bien escrito, y la historia bien hilvanada, pero está muy lejos de la emoción y tensión del primer volumen. Ese primero no habría querido que se terminara nunca, pero en esta ocasión estaba deseando terminarlo, excepto por algunos buenos tramos que me animaban a seguir leyendo.

La edición que he leído de minotauro vuelve a contener varias erratas inexplicables como aparecer la cifra 110 en lugar de un 'no'.

Bella, inteligente, emocionante, cruel, misteriosa, sorprendente... Una obra de arte. Esta segunda novela nos revela el destino de los peregrinos, y con ello el de la humanidad. Se enfrentarán al alcaudón, al futuro, a la aterradora verdad, a la guerra, e incluso a los dioses.