M.Duritz reviewed Ahora en noviembre by Josephine Johnson
Lo que me apela
5 stars
Content warning Ojo spoilers
La literatura es un artefacto discursivo que apela a las vivencias, creencias, forma de ver el mundo de quien lee de una forma tan directa, que es difícil contemplarlo desde la distancia, solo apelando a las cuestiones formales. Nada más empezar el libro ya supe que se venían curvas, y si no he hecho antes este comentario es porque.. me dolía, simplemente. La historia reverbera con la situación que estoy viviendo.
Como la gente comentó en su día en #Lecturascasaarbol, si la autora ganó el pulitzer con este libro es porque encapsula muy bien lo que significó la gran depresión, la cara B del sueño americano, y si es tan, tan buena es porque crea personajes muy humanos, porque usa un lenguaje que parece simple pero es bello; pero sobretodo porque expresa una verdad universal con mucho acierto, es verosímil y atraviesa fronteras temporales y geográficas (en este sentido es todo un acierto que el lugar donde ocurre la historia no tenga nombre, pero aunque lo hubiera tenido, posiblemente hubiese funcionado igual).
El final de la novela, que se lee del tirón, ansiosamente, es un descenso terrible a la desgracia, una bola que rueda cuesta abajo y cuanto más rueda más grande se hace y más horror provoca. Así funciona. El sistema está montado para que la pobreza genere más pobreza, era así en los años 30 y sigue siendo así vestido de modernidad. El final te deja en estado de machaque. La narradora abre una pequeña ventana al futuro pero no desde la esperanza, sino desde la certeza de que sigue viva y mientras lo esté, seguirá respirando y caminando entre las cenizas. No espera que nada bueno pase. Pero podría ocurrir. El final de una historia no es el final de la vida, después del The end hay que seguir levantándose y ordeñar las vacas o barrer la casa. En este sentido, y por el hecho de que la protagonista es adolescente, la novela opera como un coming of age en el que la prota madura. Esa madurez acaba teniendo un sabor amargo, se viste de un cierto cinismo distante que podemos entender.
Esta novela es dura y habla de algo duro, pero la vida no es sólo eso. Las historias son cachitos de existencia, no lo abarcan todo, no pueden. Esta lectura me ha acompañado mucho en un aspecto jodido de mi vida, y el haberla leído acompañada en el hashtag #Lecturascasaarbol me ha ayudado a comprenderlo mejor y desde muchas perspectivas que no habría tenido en cuenta, o me habrían afectado emocionalmente pero no habría sabido nombrar o estructurar. Eso es precioso.
Ahora en noviembre fue una de mis lecturas del año 2024. La recordaré durante mucho tiempo y volveré a ella muchas veces.