Review of 'Cómo ser un epicúreo' on 'Goodreads'
3 stars
Se suele decir "No juzgues un libro por su portada", así que he de confesarme culpable: lo primero que me llamó la atención de este libro fue, precisamente, su portada. Pero yo no creo que esto sea un problema; en este caso, la portada era completamente adecuada al contenido: ¿qué mejor para hablar de epicureísmo que una portada agradable, placentera al sentido de la vista, basada en la belleza que nos inspira la vegetación exuberante?
Yendo al contenido, lo que me ponía más reticente es el reclamo con el que el propio libro se presenta: "una filosofía para la vida moderna". Soy escéptica con la autoayuda filosófica, a la vez que soy firmemente creyente, justo al estilo epicúreo, de la función "terapéutica" de la filosofía, entendida como estilo de vida orientado a la plenitud y a la felicidad. Así pues, el libro podía responder a mis intereses o no hacerlo. …
Se suele decir "No juzgues un libro por su portada", así que he de confesarme culpable: lo primero que me llamó la atención de este libro fue, precisamente, su portada. Pero yo no creo que esto sea un problema; en este caso, la portada era completamente adecuada al contenido: ¿qué mejor para hablar de epicureísmo que una portada agradable, placentera al sentido de la vista, basada en la belleza que nos inspira la vegetación exuberante?
Yendo al contenido, lo que me ponía más reticente es el reclamo con el que el propio libro se presenta: "una filosofía para la vida moderna". Soy escéptica con la autoayuda filosófica, a la vez que soy firmemente creyente, justo al estilo epicúreo, de la función "terapéutica" de la filosofía, entendida como estilo de vida orientado a la plenitud y a la felicidad. Así pues, el libro podía responder a mis intereses o no hacerlo.
En líneas generales, no he salido indignada. Es decir, no he tenido la total impresión que la autoayuda filosófica me puede generar de que se está deformando y prostituyendo un sistema filosófico para doblegarlo a las exigencias modernas de manera completamente burda. Ahora bien, tampoco he leído cada página del libro con atención, por varias razones. En primer lugar, quizá por la búsqueda de hacer un libro muy accesible y digerible, ha habido pasajes en los que he encontrado que la autora redundaba demasiado en simplificar la exposición con ejemplos en los que sentía que se entretenía demasiado para lo sencillo que era lo que había que transmitir, estirando el epígrafe innecesariamente.
En segundo lugar, porque no distinguía suficientemente (a mi entender) o no de forma del todo explícita entre lo que los epicúreos efectivamente dijeron e hicieron y la interpretación del epicureísmo que ella hace y de cómo entiende ella que su doctrina se aplicaría hoy día. En demasiados puntos se colaban sus opiniones personales, cosa que no me parece problemática de por sí, de no ser porque entonces el título o la presentación del libro debería estar más orientado a algo así como "Cómo el epicureísmo me ha orientado en la vida moderna"; claro, entonces el título sería menos llamativo, porque a una tal Catherine Wilson no la conocemos muchos y no tendría por qué interesarnos su particular perspectiva de la vida.
En tercer lugar, y en relación con eso, me ha parecido que ofrecía una visión homogeneizante y atemporal del epicureísmo. Es cierto que de esta escuela no nos han llegado muchos textos directos y que la difamación que ha sufrido a lo largo de siglos dificulta también comprender cómo funcionaba realmente, pero aun así tenemos algunos indicios. Muy sistemáticamente la autora parte de Lucrecio para explicar la doctrina epicúrea, y es verdad que el De rerum natura lucreciano es probablemente el texto epicúreo más completo y rico que ha llegado hasta nosotros, pero algo sabemos y sólo en algunos fugaces pasajes menciona la autora brevemente las diferencias entre Lucrecio y Epicuro. Más grave que esto me parece el hecho de que hable de Hobbes, Rousseau, Marx, etc., como epicúreos, sin apenas matizar. Es cierto que estos filósofos se inspiraron en algunos aspectos en elementos de la doctrina epicúrea o llegaron a conclusiones parcialmente coincidentes, pero me parece de un presentismo excesivo, considero importante dejar clara la distancia que media entre estos autores, porque estamos hablando de más de milenio y medio de lejanía cultural y filosófica. En más de una ocasión me ha parecido que hablaba del epicureísmo bajo la lente del utilitarismo de Bentham, que sí, que se engancha bastante claramente al legado epicúreo, pero añadiendo un filtro de modernidad bastante notable que no estoy muy segura que podamos encontrar en el propio Epicuro.
Dicho esto, y para que no parezca tampoco que encuentro desechable este libro, el caso es que no me parece desechable en absoluto. Cualquier reivindicación del epicureísmo o intento de rescate y acercamiento al público general me parece relevante y enriquecedor, sobre todo teniendo en cuenta cómo su "adversario" histórico, el estoicismo, sí que está viviendo un auténtico revival (bastante cuestionable de todos modos en muchas de sus interpretaciones presentistas, todo hay que decirlo), y el epicureísmo tiene mucho que decir y que aportar aún con el paso de los siglos. Así pues, en esta faceta creo que es un buen libro, que hace atractivo al epicureísmo sin falsas promesas y puede ser una buena introducción "para todos los públicos", ya que desde luego hace un repaso por los principales pilares y objetivos de la doctrina epicúrea y hay más de algún matiz que me ha aportado y con el que me ha hecho pensar y fascinarme más por esta denostada escuela. ¡Ojalá poder viajar en el tiempo y visitar el ilustre Jardín!