Teo reviewed El Susurro Del Lenguaje by Roland Barthes
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Ensayo “Escribir la lectura”:
Barthes quiere hablar de una lectura no centrada en el autor ni en la historia, sino en el lector. Habla de un texto-lectura, el texto que el lector escribe en su cabeza cada vez que se detiene durante la lectura de una obra (no por desinterés sino por una gran afluencia de ideas, de excitaciones y de asociaciones). No se preocupa por lo que el autor quiso decir sino por lo que el lector entiende.
El texto-lectura entremezcla la lógica racional (propia de la composición de textos) con la lógica del símbolo (asociativa, como las relaciones que se disparan en la mente durante una lectura).
Toda lectura deriva de formas transindividuales, es decir, de códigos, lenguas y estereotipos que están más allá del individuo. Del mismo modo que las reglas genéricas que aplica el autor no proceden de él sino que responden a una lógica milenaria …
Ensayo “Escribir la lectura”:
Barthes quiere hablar de una lectura no centrada en el autor ni en la historia, sino en el lector. Habla de un texto-lectura, el texto que el lector escribe en su cabeza cada vez que se detiene durante la lectura de una obra (no por desinterés sino por una gran afluencia de ideas, de excitaciones y de asociaciones). No se preocupa por lo que el autor quiso decir sino por lo que el lector entiende.
El texto-lectura entremezcla la lógica racional (propia de la composición de textos) con la lógica del símbolo (asociativa, como las relaciones que se disparan en la mente durante una lectura).
Toda lectura deriva de formas transindividuales, es decir, de códigos, lenguas y estereotipos que están más allá del individuo. Del mismo modo que las reglas genéricas que aplica el autor no proceden de él sino que responden a una lógica milenaria de la narración.
“Abrir el texto [...] no solamente es pedir que se lo interprete libremente y mostrar que es posible; [...] es conducir al reconocimiento de que no hay verdad objetiva o subjetiva de la lectura, sino tan solo una verdad lúdica”.
Balzac compara al texto con las figurillas humanoides que usan los ilustradores para aprender anatomía. La figura es el relato legible. Cada postura representa una lectura del texto. “Pero esta postura, que es invención nuestra, solo es posible porque entre los elementos del texto hay una relación sujeta a reglas, es decir, una proporción”.
Ensayo “Sobre la lectura”:
Barthes reflexiona sobre varios conceptos en relación con la lectura:
Pertinencia: La pertinencia es la selección de un punto de vista o un aspecto delimitado para analizar algo. Para observar algo tan heteróclito como el lenguaje, Saussure tuvo que centrarse en el sentido, Propp en papeles y situaciones estables, etc. Pero en lo que respecta al análisis de la lectura no ha sido posible todavía decidir una pertinencia. No se ha logrado delimitarla ni en cuanto a qué puede ser objeto de lectura ni en cuanto a cuáles son los niveles de la lectura. Lo único que Barthes atisba es que la lectura siempre se da en el interior de una estructura (por abierta y múltiple que esta sea).
Rechazo: Pensando en por qué gran parte de la población rechaza la lectura, a Barthes se le ocurren dos tipos de rechazos. El primero es el rechazo a las lecturas “libres” pero impuestas desde un grupo, eso que hay que haber leído. Barthes cree que debemos tener el derecho a liberarnos de estas leyes de grupo. La libertad de lectura es también la libertad de no leer. El segundo es el rechazo a la “facticidad de la Biblioteca”. Creo que aquí Barthes habla de la biblioteca como un espacio que representa “lo real” y mata el Deseo de lectura.
Deseo: Barthes explora el erotismo de la lectura, detectando dos rasgos que fundamentan la lectura deseante: el primero, que el lector se encierra solo con el libro, se exilia, su economía del placer consiste en cuidar su relación con él; el segundo, que en la lectura todas las conmociones del cuerpo están presentes (fascinación, vacación, dolor, voluptuosidad), mezcladas y enredadas. También identifica tres posibles tipos de lectura: la fetichista, de quien extrae placer de las palabras y de ciertas combinaciones de palabras; la del suspenso, de quien encuentra placer en el avance y desgaste impaciente hacia una revelación (un goce tortuoso más relacionado con la insatisfacción que con la satisfacción) y la de escritura, la de quien al leer desea escribir (y no necesariamente sobre ni cómo el autor).
Sujeto: Se lo puede ver, como en la tragedia griega, como alguien que ocupa un punto de vista (o varios sucesivamente), tratarlo como otro personaje (el único en oírlo todo). Se lo puede concebir como alguien que ocupa un lugar que preserva la multiplicidad simultánea de los sentidos, de los puntos de vista, de las estructuras En ese sentido, Barthes cree que no es razonable esperar una Ciencia de la lectura hasta que no exista una Ciencia de la Inagotabilidad, del desplazamiento infinito que se produce en la lectura.