Esta quinta novela de la «Serie de los robots» supone un sensacional hito en la galaxia de ciencia ficción de Asimov y constituye la apasionante continuación del bestseller Los robots del amanecer .
En Robots e imperio vemos cómo el futuro del universo corre peligro. Aunque se han debilitado las fuerzas de los siniestros Spacers, el doctor Kelden Amadiro no ha olvidado -ni perdonado- su humillante derrota a manos de Elijah Baley, el adorado héroe de la población terrestre. Amadiro ansía la venganza y está más decidido que nunca a consumar la destrucción del planeta Tierra.
Asimov se ha encargado de construir un universo narrativo con varias piezas complejas sobre la sociología humana que en esta novela confluyen y se superponen para hacerte pensar más allá incluso.
Podríamos decir que la trama ha evolucionado junto con la inteligencia de los androides. Me ha gustado especialmente el protagonismo de Daneel y Giskard en este libro.
Sin embargo, lo más reseñable es cómo Asimov ha convertido un final previsible en un último giro de tuerca. Con muchas ganas de continuar la historia.
El final de la saga de Robots. 200 años después de los acontecimientos sucedidos en las novelas anteriores, los protagonistas no son Elijah ni Gladia, son Giskard y Daneel. La trama entre humanos y espaciales no es más que una cortina que oculta una realidad, desde la muerte de Elijah los dos robots han estado reflexionando en las leyes de la robótica y lo que implica proteger al "ser humano".
Asimov se marca un paralelismo muy curioso con las tres leyes de la termodinámica y la Ley Cero de la termodinámica formulada varias décadas después de las anteriores. En este caso la Ley Cero de la robótica contempla que por encima de cualquier ser humano en concreto se halla la humanidad como un todo, principio que los dos robots "autoprograman" y siguen.
Este principio lleva a la trama de "los malos" y la conexión con la saga del Imperio Galáctico. …
El final de la saga de Robots. 200 años después de los acontecimientos sucedidos en las novelas anteriores, los protagonistas no son Elijah ni Gladia, son Giskard y Daneel. La trama entre humanos y espaciales no es más que una cortina que oculta una realidad, desde la muerte de Elijah los dos robots han estado reflexionando en las leyes de la robótica y lo que implica proteger al "ser humano".
Asimov se marca un paralelismo muy curioso con las tres leyes de la termodinámica y la Ley Cero de la termodinámica formulada varias décadas después de las anteriores. En este caso la Ley Cero de la robótica contempla que por encima de cualquier ser humano en concreto se halla la humanidad como un todo, principio que los dos robots "autoprograman" y siguen.
Este principio lleva a la trama de "los malos" y la conexión con la saga del Imperio Galáctico. A su vez, la trama de los robots psíquicos y alguna mención a personajes de los relatos anteriores enlaza con el principio de todo y con la trama de la Fundación y la Psicohistoria. Incluso la trama que se crea en el planeta Solaria, aparentemente olvidada por el libro, tiene su importancia muy posteriormente. Teniendo en cuenta que las novelas están separadas por unas cuantas décadas ni están planteadas de antemano conseguir unificar y entrelazar todas en el mismo universo es muy reseñable.
En este sentido, la unión y entrelazamiento de todas las tramas es exquisita. Es una novela más extensa que permite desarrollarlo y las partes dedicadas a los robots lo hilan. Quizá eso deja con un sabor un poco venido a menos con la trama de Gladia y los humanos, que se queda en un intento cutre de romance "interespacial" un tanto mojigato y rancio, con cierta irrelevancia salvo en lo que comprende a ser tapadera del plan de los robots.