Todos los nombres es el relato de aventuras de un José “sin nombre”, aunque el suyo sea el único que figure en la historia. En su aparente humildad, en su auténtica soldedad, en su falta de bienes materiales y afectivos y, sobre todo, en su inalienable dignidad humana, este don José es pariente próximo de otros personajes literarios: Bouvard y Pécuchet, los copistas enciclipédicos de Flaubert; el obstinado Bartleby de Melville; el metafísico Bernardo Soares de Pessoa...
Don José comienza cultivando la afición inocente de coleccionar noticias sobre personas famosas. Pero, para otorgales fiabilidad, decide completarlas con los documentos del Registro Civil donde trabaja. Ello lo obliga a cometer infracciones al reglamento y a protagonizar aventuras de las que nunca se había creído capaz.
«Saramago opta por la subversión individual contra la opresión de las autoridades catalogadoras, por el desorden de la vida contra el desorden de la muerte. Y …
Todos los nombres es el relato de aventuras de un José “sin nombre”, aunque el suyo sea el único que figure en la historia. En su aparente humildad, en su auténtica soldedad, en su falta de bienes materiales y afectivos y, sobre todo, en su inalienable dignidad humana, este don José es pariente próximo de otros personajes literarios: Bouvard y Pécuchet, los copistas enciclipédicos de Flaubert; el obstinado Bartleby de Melville; el metafísico Bernardo Soares de Pessoa...
Don José comienza cultivando la afición inocente de coleccionar noticias sobre personas famosas. Pero, para otorgales fiabilidad, decide completarlas con los documentos del Registro Civil donde trabaja. Ello lo obliga a cometer infracciones al reglamento y a protagonizar aventuras de las que nunca se había creído capaz.
«Saramago opta por la subversión individual contra la opresión de las autoridades catalogadoras, por el desorden de la vida contra el desorden de la muerte. Y todo con un estilo que parece haber alcanzado, en la cima de la simplicidad, la cima de la sutileza. Todos los nombres es uno de esos pocos libros que todavía merecen ser definidos como un clásico.» Leyla Perrone-Moisés
En Todos los nombres Saramago en su estilo tan particular explora la naturaleza humana, como acostumbra. La soledad, la fragilidad de lo real. Ahonda en la importancia de la memoria y en la necesidad de conectarnos con los demás al menos para dar un sentido a nuestras vidas. Una delicia.