Beabook30 reviewed Ellas hablan by Julia Osuna Aguilar
Sin educación somos prisionera s
4 stars
De 2005 a 2009 en una colonia menonita de Bolivia, mujeres y niñas se despertaban confusas, doloridas, sangrando, a veces cubiertas de semen. Los hombres decían que la culpa era del demonio, que deseaban llamar la atención o que estaban locas. Pero ellas descubrieron que 8 maridos, hermanos, vecinos les suministraban un fuerte anestésico para animales y las violaban estando inconscientes.
Es una historia terrible y dolorosa de leer. Muestra la asamblea secreta que hacen para decidir su futuro en la comunidad. Pretenden obligarlas a perdonar a sus agresores para así poder entrar en el cielo, eso o serán excomulgadas y expulsadas del único hogar que han conocido. Pero esas mujeres que no saben leer, no hablan español (usan un dialecto antiguo y moribundo) que nunca han visto un mapa ni tienen conocimientos del mundo exterior tienen que decidir si huir o quedarse. Pero permanecer allí, supone ver a sus …
De 2005 a 2009 en una colonia menonita de Bolivia, mujeres y niñas se despertaban confusas, doloridas, sangrando, a veces cubiertas de semen. Los hombres decían que la culpa era del demonio, que deseaban llamar la atención o que estaban locas. Pero ellas descubrieron que 8 maridos, hermanos, vecinos les suministraban un fuerte anestésico para animales y las violaban estando inconscientes.
Es una historia terrible y dolorosa de leer. Muestra la asamblea secreta que hacen para decidir su futuro en la comunidad. Pretenden obligarlas a perdonar a sus agresores para así poder entrar en el cielo, eso o serán excomulgadas y expulsadas del único hogar que han conocido. Pero esas mujeres que no saben leer, no hablan español (usan un dialecto antiguo y moribundo) que nunca han visto un mapa ni tienen conocimientos del mundo exterior tienen que decidir si huir o quedarse. Pero permanecer allí, supone ver a sus violadores todos los días.
Es una historia tan aterradora que podría ser una distopía tipo "El cuento de la criada", pero desgraciadamente es cierta. Qué tristeza provoca que siga habiendo niñas y adultas que tienen prohibido recibir educación, que viven atrapadas, casi muertas en vida. En muchos momentos sentía un escalofrío mientras leía. Es uno de esos casos en los que la realidad resulta aterradora como un cuento de terror.
El estilo del libro es justo uno que me desagrada en extremo: todo es indirecto, narrado por un testigo (varón) que transcribe lo que ocurre en esos encuentros furtivos para deliberar sus futuros. En mi opinión dificulta el acercamiento a los personajes y sus circunstancias, es más frío. Igual es una manía mía, no lo tengáis muy en cuenta. Aún así recomiendo su lectura, no podemos permanecer haciendo oídos sordos a la realidad del mundo. Y demos gracias de haber nacido en zonas razonablemente seguras para nosotras. Existe una película inspirada en este libro, voy a verla y os daré mi opinión. Imagino que me gustará más, precisamente porque "entraré" yo también en la Asamblea directamente y no como me pasó con la novela.