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Aleksandr Solzhenitsyn, Alexandr Solzhenitsyn: The Gulag Archipelago, 1918-1956 (1974, Harper & Row Publishers) 5 stars

¿por qué no los hubo en la guerra patria de 1812, con el régimen de servidumbre? ¡Debía parecer natural que entonces los hubiera! Pero, sobre todo, habló de la fe y de los creyentes. «ANTES -decía-, todo lo vuestro se apoyaba en las pasiones desatadas: “roba lo robado», y entonces los creyentes, claro, os estorbaban. Pero ahora, cuando queréis CONSTRUIR y sentiros completamente felices en este mundo, ¿por qué perseguís a vuestros mejores ciudadanos? Para vosotros es el material más apreciado. Los creyentes no necesitamos control, el creyente no robará. ¿Os proponéis levantar una sociedad con pancistas y envidiosos? Todo se os vendrá abajo. ¿Para qué escupís a los mejores en el alma? Dad a la Iglesia una verdadera separación; no la toquéis; con eso no perderéis. ¿Sois materialistas? Pues confiad en el avance de la cultura, en que ella aviente la religión. ¿Para qué arrestar?» En eso entró Goldman y quiso cortarla groseramente. Pero todos le gritaron: «¡Anda, ya...! ¡Cállate la boca...! ¡Habla, habla, mujer!».

Cuando el juez de instrucción Goldman entrega a Vera Korneeva el sumario para que lo firmara, ella comprendió que tenía sus derechos y empezó a leerlo con detenimiento, la causa era contra los diecisiete miembros de su "grupo religioso". El juez se puso frenético, pero no podía impedírselo. Para no aburrirse con ella, la trasladó a una amplia oficina, con media docena de funcionarios, y se marchó. Primero, Korneeva estuvo leyendo, después surgió la conversación, quizá porque los funcionarios querían matar el tiempo, y Vera se puso a predicar la religión en voz alta. (Hay que conocerla. Es una mujer que irradia luz, muy despierta y buena conversadora, aunque solo había trabajado, de fontanera, en una caballeriza y en su casa). La escucharon como a escondidas, en ocasiones profundizando con preguntas. Aquello aparecía ante todos ellos bajo un ángulo inesperado. La habitación se llenó. No eran los jueces instructores: eran mecanógrafas, taquígrafas, encuadernadoras de legajos, pero era el ambiente de ellos, de los Órganos, el año 1946. Me es imposible reconstruir su monólogo; le dio tiempo a decir muchas cosas.

The Gulag Archipelago, 1918-1956 by ,