Es un libro fantástico. Entretenido e instructivo, para tener ya unos 2300 años de antigüedad. El griego (y ateniense) Jenofonte nos cuenta su excursión por tierras de bárbaros, sin aprender nunca, y mostrándonos "sin querer" que él es un crack y que todo aquel que no habla griego no es de fiar ni tiene aceite de oliva.

La única pega es que la digitalizacion del original traducido tiene, en la parte final del texto, algunas erratas por culpa del sistema OCR que usaron. Nada que un poco de sentido común no pueda remediar.