Ligera, pero atrapante. Suspenso y humor en buenas dosis, con un par de giros argumentales bien plantados y personajes bien definidos que acompañan al lector que se asoma a la historia de Lucía, una mujer cuyo marido es secuestrado para pedir rescate.
Pero la desaparición de Ramón es solo la excusa para empezar este viaje en busca de sentido personal, de crecimiento y madurez, de respuestas que sirven para generar nuevas preguntas de un orden superior.
La claridad de Lucía en su autoanálisis (la mano experta de Rosa Montero limitando la profundidad de pensamientos para dar realismo al personaje), la lucha por salvar la situación en la que se ve inmersa y las lecciones de historia de la mano de Félix Robles (mi personaje preferido) hacen que el libro sea dinámico y equilibrado; no pierde profundidad, pero tampoco se sumerge hasta el fondo.