Pocos tienen idea del tesoro de bondad que puede encontrarse en el corazón del campesino ruso, aun después de siglos de la más cruel opresión, que hubieran podido muy bien habérselo endurecido.
— Memorias de un Revolucionario by Peter Kropotkin (Page 60)
Habla Kropotkin de lo bien que les trataban, a el y a su hermano, los siervos de su padre. El cariño y comprensión que no recibían de su padre o de su madrastra se lo daban sus nodrizas y el resto de criados, aún cuando su padre trataba a sus siervos con el mayor de los desprecios y estos vivían siempre atemorizados de hacer algo mal y que les castigaran severamente. Dice que le trataban así de bien en recuerdo a su madre, que murió cuando el tenía 3 años, y que se había ganado el respeto y cariño de los siervos. Kropotkin está convencido que sin ese afecto que recibió de ellos se habría convertido de adulto en una persona totalmente diferente.