Voces de Chernóbil son una serie de relatos sobre las personas que vivieron y sufrieron los efectos de el accidente atómico.

Son relatos que impactan porque son las decenas de historias, relatos y recuerdos que muestran una perspectiva distinta, pero no menos impactante, a lo que vimos en la serie de televisión presentada por HBO.

El libro replica las conversaciones que aportaron mujeres, hombres y niños.

Considera a ancianas olvidadas en pueblos deshabitados, madres que cuidan a sus hijas que sufren por las malformaciones congénitas, soldados que buscan consuelo y dan sentido a su servicio en la emergencia como un acto heroico que salvó a un país.

También podemos entender como un gobierno olvidó a los cientos de personas que trabajaron para controlar la emergencia contando a apenas con mínimas o nulas medidas de seguridad ante la alta radiación.

También conocemos la actitud y las decisiones que tomaron las autoridades de turno y cómo esas decisiones afectaron el curso de las vidas de miles de personas.

Vimos cómo las autoridades tuvieron que improvisar protocolos en una emergencia que nadie vislumbró en sus peores pesadillas.

Leemos como una nació sufrió, y que no pudo comprender la desgracia que enfrentaban hasta años después.

La desinformación es la desgracia para la gente común, y la herramienta de control para los que controlan algún tipo de poder.

El libro también muestra el desarraigo que sufrieron las familias que abandonaron sus hogares y el intento de muchos por volver. En paralelo, leemos sobre el saqueo que ocurrió en los lugares evacuados y cómo todos los muebles y objetos personales se desperdigaron por la Unión Soviética, provocando un efecto mayor de la radiación que emitían.

También hay algunas metáforas sobre cómo Chernóbil se transformó en una especie de campo de guerra sin tener que lanzar un misil o balas.

No hubo guerra, pero los daños fueron mayores a una contienda bélica.