Nota IMPORTANTE para "haters": La novela me ha gustado MUCHO, tanto como las anteriores, y esta reseña es puro "fangirleo", así que podéis ir directos a los comentarios a quejaros de mi pésimo gusto sin necesidad de leer la reseña. De nada :)

Hace más de una semana que terminé Rey blanco. Hace más de una semana desde que volví a asomarme a las vidas de Antonia y Jon. Y hace más de una semana que no me los puedo sacar de la cabeza.

Si habéis llegado hasta aquí ya sabéis todo lo acontecido en las novelas anteriores y si no es así, huid de esta y cualquier otra reseña hasta leer, mínimo, Reina Roja y Loba negra (aunque lo ideal es leer antes El paciente y Cicatriz).

Por mi parte no voy a contar nada de la trama ya que cualquier detalle destriparía el desenlace, pero os confirmo que nuevamente Juan Gómez-Jurado ha escrito una novela redonda, de las que se leen como un tiro y que provoca profundas ojeras si sois lectores nocturnos como yo.

A parte de crear una nueva historia en la que llevar al límite a sus protagonistas y a los lectores, el autor ha conseguido encajar todas las piezas y detalles de este ¿"Juanverso"? (tengo otro nombre mejor pero sería spoiler, lo siento) sin que nada chirríe, añadiendo algún que otro detallito para sus seguidores habituales.

Y también nos ha regalado a Antonia y a Jon. Ella es una tía difícil, lo sé: la amas, la odias o incluso las dos cosas a la vez, pero es nuestra, igual que el buenazo de Jon. Son nuestros Sherlock y Watson, nuestros Pendergast y D'Agosta. NUESTROS. Gracias, Juan, por regalárnoslos pero queremos más, así que la respuesta a tu última pregunta es un rotundo SÍ

¿Para cuando la siguiente?