(..). Arthur lo observaba con el ceño fruncido y la misma expresión extraña de antes, que Linus no sabñía en absoluto cómo interpretar. Tampoco habría sabido explicar por qué le costaba concentrarse por culpa del pijama de Arthur. El pantalón corto dejaba al descubierto sus pálidas y huesudas rodillas. La camisa estaba arrugada. El director parecía más joven que nunca. Y casi desesperado
— La casa en el mar más azul by TJ Klune (Page 303)
Linus, otra vez, sus ojos no están allí abajo.