A finales de 2013, el Gobierno presenta la agencia de noticias internacional Rossiya Segodnya y el canal Sputnik, donde Margarita Simonyan asume el cargo de redactora jefe, sin dejar de dirigir RT. Ese mismo año, un empresario íntimo de Putin funda la Internet Research Agency (IRA), una pequeña agencia de desinformación que pronto se muda al 55 de la calle Savushkina en San Petersburgo, un edificio de cuatro plantas con cuarenta habitaciones y mil empleados que trabajan todos los días en turnos rotativos manejando cientos de miles de cuentas falsas.
Tienen un departamento para cada red social: LiveJournal, Vkontakte (el Facebook ruso), Facebook, Twitter e Instagram. Los bloggers publican diez post diarios en tres blogs diferentes. Hay equipos especiales publicando un mínimo de ciento veintiséis comentarios en los grandes medios. Hay ilustradores haciendo dibujos satíricos y cineastas haciendo vídeos que parecen noticias con actores pagados. Un año después de la ocupación rusa de Crimea, el IRA inunda las redes con toneladas de noticias falsas sobre las atrocidades del Gobierno ucraniano, incluidas leyendas urbanas sobre ejecuciones en masa, violaciones, torturas, «historias alternativas» sobre la Segunda Guerra Mundial y un relato insoportable acerca de la crucifixión de un bebé. Además de sus siniestras invenciones, el personal del IRA recibe material de la Agencia rusa de espionaje y de sus hackers.[6] Hay llamadas intervenidas, emails hackeados y documentos secretos que son convenientemente «filtrados» a los medios internacionales para justificar las acciones del Kremlin. El material surca las redes sociales como un virus de la gripe en una guardería antes de ser «recogido» por RT y Rossiya Segodnya, que legitiman la información y la traducen como el tono exaltado de unos activistas espontáneos. En ese momento, RT es el canal de YouTube más popular del planeta. Los especialistas llaman a su táctica «la doctrina Gerasimov»
— El enemigo conoce el sistema / The Enemy Understands the System by Marta Peirano