Black Cilantro reviewed Y hasta aquí by Wisława Szymborska
Un desnudo con luz del pensamiento
4 stars
Mi experiencia escribiendo sobre poesía es escandalosamente nula y, sin embargo, aquí voy: leí el último y póstumo libro de la enorme Wisława Szymborska, Y hasta aquí. Lo saqué del celofán y abrí sus páginas como un perro que olfatea un lugar desconocido. Pronto me hallé e inicié con el primer poema, y luego otro y otro. No paré hasta terminar y todo en voz alta, para presentar mis respetos a la memoria de la poeta y el libro que me encaraba.
Decir que su poesía es hermosísima es lo mismo a decir nada o afirmar que es filosófica, también da lo mismo: pero en este caso su belleza trasciende la poesía y sus observaciones filosóficas van más allá de una propuesta ontológica. Algunos poemas son como puertas abiertas en cuyos primeros versos ya dejan ver que conducen a un abismo abierto o que, al correr la cortina al despertar, …
Mi experiencia escribiendo sobre poesía es escandalosamente nula y, sin embargo, aquí voy: leí el último y póstumo libro de la enorme Wisława Szymborska, Y hasta aquí. Lo saqué del celofán y abrí sus páginas como un perro que olfatea un lugar desconocido. Pronto me hallé e inicié con el primer poema, y luego otro y otro. No paré hasta terminar y todo en voz alta, para presentar mis respetos a la memoria de la poeta y el libro que me encaraba.
Decir que su poesía es hermosísima es lo mismo a decir nada o afirmar que es filosófica, también da lo mismo: pero en este caso su belleza trasciende la poesía y sus observaciones filosóficas van más allá de una propuesta ontológica. Algunos poemas son como puertas abiertas en cuyos primeros versos ya dejan ver que conducen a un abismo abierto o que, al correr la cortina al despertar, se muestra la imagen de una galaxia, una pared de roca colosal o el ojo enorme de un humano. Lo inesperado que mana de la cotidianidad de sus temas es una de sus fortalezas.
¿Cómo es posible que de un acto cotidiano como comer, la realidad se trastoque con una ontología que convoca dioses, naturaleza e inocencia humana o, más bien, el fin de esta? Supongo que los poetas tienen este poder con solo hablar, y Szymborska brilla por su singular potencia. Los versos de los poemas a veces son como capas de una cebolla cuyo núcleo es el nacimiento de una ciencia del pensamiento o —quién sabe— tal vez la confirmación de una ya existente.
La electricidad semántica de sus palabras no es invisible (como en un calefactor o en un poderoso sensor sin pantalla) es más como un equilibrista que a cada paso corre el riesgo no de caer y romperse, sino de fallar y extinguirse; sin embargo, todas las veces llega hasta el otro extremo, victoriosa y transformada. Tuvo el cuidado de perfil cada pieza poética con algo parecido a un cierre, pero no una clausura definitiva, sino una estructura de significado que transmite un mensaje completo y franco.
Va del comentario general del mundo, a la exposición personal que, de tan hermosa, se olvida uno que es individual. Sus apuntes sociales, en ocasiones contundentes, en otras apenas sugerencias, están fincados en un sentido —que se siente muy elaborado— de la justicia y se antoja también del sentido común. La poesía de Y hasta aquí es realidad desnudada, mientras emite luz de filosofía.