tapa blanda (paperback), 302 pages
Spanish language
Published Feb. 2, 1991 by Editorial Caro Raggio.
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Published Feb. 2, 1991 by Editorial Caro Raggio.
La Busca es la primera novela de la trilogía La lucha por la vida. Apareció en Madrid, el año de 1904 y se presentó en vivo contraste con las obras inmediatamente anteriores de su autor, de tendencia más simbólica y romántica y que se desarrollan en ambiente también distinto. Pio Baroja desde fines del siglo XIX, estaba familiarizado con la vida de la gente pobre de Madrid a través, sobre todo, de la panadería heredada de su tía materna, Juana Nessi y Arrola. Esta panadería se hallaba instalada en la calle de la Misericordia y pegada a las Descalzas Reales. Por otra parte, su interés general por los "bajos fondos" ciudadanos arrancaba de la lectura de obras de grandes novelistas, como Dickens y de grandes folletinistas, como Sue.
Cuando apareció La Busca se habló de la objetividad, frialdad e impersonalidad con que estaba escrita. Pero hoy podemos apreciar mejor …
La Busca es la primera novela de la trilogía La lucha por la vida. Apareció en Madrid, el año de 1904 y se presentó en vivo contraste con las obras inmediatamente anteriores de su autor, de tendencia más simbólica y romántica y que se desarrollan en ambiente también distinto. Pio Baroja desde fines del siglo XIX, estaba familiarizado con la vida de la gente pobre de Madrid a través, sobre todo, de la panadería heredada de su tía materna, Juana Nessi y Arrola. Esta panadería se hallaba instalada en la calle de la Misericordia y pegada a las Descalzas Reales. Por otra parte, su interés general por los "bajos fondos" ciudadanos arrancaba de la lectura de obras de grandes novelistas, como Dickens y de grandes folletinistas, como Sue.
Cuando apareció La Busca se habló de la objetividad, frialdad e impersonalidad con que estaba escrita. Pero hoy podemos apreciar mejor que hace cerca de setenta años, la cantidad de lirismo que hay en la descripción de caracteres y situaciones: más aún en la de los paisajes urbanos, que se asocian claramente con los de los aguafuertes que, por el mismo tiempo, estampaba Ricardo Barajo, uno de los cuales ilustra la cubierta de esta edición.
No fué La Busca de las obras que prefería su autor, pese al éxito que tuvo. El mismo dice que no sabe la razón de éste. El caso es que jóvenes, como Picasso quedaron fascinados por ella y que el pintor famosísimo comenzó a ilustrarla, al publicarse los primeros capítulos en una revista juvenil. Rompía La Busca la visión casticista y algo amanerada de un Madrid de sainete, juguete cómico o zarzuela. Daba otra directa del modo de vivir de gentes humildes que arrastraban su miseria, sin que la sociedad entonada se enterara. Dice Baroja que años después de publicada, en 1918, no había merecido todavía los honores de la traducción, pero que, en cambio, había comprobado que la leían los vecinos del Rastro y las Américas. Hoy, en 1972, sigue leyéndose allí y ha sido al fin una de sus novelas más traducidas: al inglés, al francés, al ruso, al alemán, al italiano, al holandés... Su suerte va unida a la de Mala hierba y Aurora Roja, que constituyen las otras dos partes, muy trabadas, de La lucha por la vida.
La presente edición, está ilustrada por Ricardo Baroja, con los dibujos a pluma que hiciera para la edición de 1927, de Rafael Caro Raggio.