Álvaro G. Molinero reviewed Sobre la estructura de la teoría de la evolución by Andrés Moya (Nueva ciencia ;)
Conservadurismo genético
1 star
Andres Moya, profesor de genética en la Universidad de València, biólogo y filósofo, intenta en esta obra dar cuenta del desarrollo actual de los conceptos e hipótesis evolutivas y su engazamiento en la red de conocimientos de la teoría evolutiva. Sus intenciones son las siguientes:
"hacer una ciencia crítica, conocedora de sus limitaciones en franca consonancia con la naturaleza esencialmente dubitativa de su método, capaz de plantear moratorias cuando el conocimiento sobre un tema determinado sea incierto, o muy amplias las consecuencias negativas previsibles de su aplicación(...). Pero hemos de cuidar de que la ciencia no se trasforme, por ello mismo, en la religión de nuestro tiempo. Para no caer en los mismos defectos (...). El regreso al origen que propongo para la ciencia consiste en sacar a la luz, por encima del tinte positivo y la fuerte institucionalización que posee en la actualidad, la imagen de una práctica dubitativa …
Andres Moya, profesor de genética en la Universidad de València, biólogo y filósofo, intenta en esta obra dar cuenta del desarrollo actual de los conceptos e hipótesis evolutivas y su engazamiento en la red de conocimientos de la teoría evolutiva. Sus intenciones son las siguientes:
"hacer una ciencia crítica, conocedora de sus limitaciones en franca consonancia con la naturaleza esencialmente dubitativa de su método, capaz de plantear moratorias cuando el conocimiento sobre un tema determinado sea incierto, o muy amplias las consecuencias negativas previsibles de su aplicación(...). Pero hemos de cuidar de que la ciencia no se trasforme, por ello mismo, en la religión de nuestro tiempo. Para no caer en los mismos defectos (...). El regreso al origen que propongo para la ciencia consiste en sacar a la luz, por encima del tinte positivo y la fuerte institucionalización que posee en la actualidad, la imagen de una práctica dubitativa y personal".
Sin embargo, todo el libro es, ni más ni menos, que el encaje de la sociobiología como ciencia nuclear sobre el ser humano y de todos sus comportamientos. Es decir, todo lo contrario de su afirmación metodológica: "las tesis que sostiene [la sociobiología] son arriesgadas, desde luego, puesto que hablar de la naturaleza humana, qué es y qué la mueve equivale a hablar de la ontología y la ética humanas y retomar la tradición filosófica por excelencia, pero interpretadas bajo un nuevo contexto" y "es cierto que la sociobiología y la psicología evolutiva actuales ofrecen explicaciones racionales y metódicas (...) y tienen una diferencia de importancia fundamental a su favor, a saber: que está inmersa en el campo de la teoría de la evolución". Lo que no explica el autor escómo eso puede tener y tiene de hecho alguna relevancia de cara a la verdad de sus afirmaciones. No parece que el autor sepa realmente de qué está hablando. Si hay algo demostradamente especulativo –ya lo era en 1989 cuando se escribió este libro – es, precisamente, la naturaleza especulativa de la sociobiología. Después de "The Spandrels of San Marco" de Stephen Jay Gould y Richard Lewontin (1979) todo biólogo debería saberlo. Es por ello que uno no puede terminar de creerse la "ciencia crítica" de Moya. Hay, además, una visión netamente reduccionista de la realidad:
"Sostengo" dice Moya "una tesis biológica sobre la especie humana, una tesis de continuidad filogenética donde el salto o la emergencia a nuestra especie y su caracterología no supone algo radicalmente nuevo (...). Los individuos son conjuntos de caracteres (...). Cualquier carácter observable asociado a la cultura humana susceptible de tratamiento genético-cuantitativo, al igual que cualquier otra característica, más o menos evaluable como cultura, de cualquier otra especie. Sólo necesitamos aislarla metodológicamente para poder estudiarla. Muy probablemente será impracticable hacer estudios genéticos-cuantitativos de caracteres asociados ala cultura (...). Lo que no quita, en cualquier caso, que pueda sostenerse la tesis de que esa aportación genética existe o de que dispongamos de un marco teórico explicativo".
Y un poco más adelante dice que "lo cierto es que estamos en vías de encontrar una fundamentación para lo que guía nuestra manera de actuar". Es decir, no habla ya de lo que sabemos, sino de lo que cree que sabremos aunque aún no sepamos casi nada: "especulo, desde luego, pero sosteniendo en firme desde el principio una tesis biológica, que no naturalista". Es evidente, pues, que la ideología en biología evolutiva (y más en aquellos años de lucha entre el reduccionismo geneticista de Richard Dawkins y el holismo fenotípico de Gould y Lewontin) explica muchas más cosas que la simple variación poblacional de un gen o la herencia del mismo a través de las generaciones.