El ensayo, que lleva ya muchos años confundido entre el rigor de la academia y la prisa del maquinazo, vuelve en este libro a ser lo que era: meditaciones dispersas, elásticas, breves, con las que el autor da un rodeo para dibujar su retrato. Esbozos de un libro que no se decide a comenzar, digresiones que no tienen la menor intención de concluir, a cada párrafo uno es testigo de la retorcida compasión que cabe dentro de la burla de uno mismo.
Ante el incesante acoso de las vidas excepcionales, de los alardes disfrazados de biografía, queda el refugio de la autoexploración modesta, de las manías comentadas con desenfado y escarnio. En Las encías de la azafata, José Israel Carranza retoma el arte en desuso de poner la pluma en la llaga y exponerse, no en busca de una extendida pedagogía, sino del deleite verbal que implica dar a las …
El ensayo, que lleva ya muchos años confundido entre el rigor de la academia y la prisa del maquinazo, vuelve en este libro a ser lo que era: meditaciones dispersas, elásticas, breves, con las que el autor da un rodeo para dibujar su retrato. Esbozos de un libro que no se decide a comenzar, digresiones que no tienen la menor intención de concluir, a cada párrafo uno es testigo de la retorcida compasión que cabe dentro de la burla de uno mismo.
Ante el incesante acoso de las vidas excepcionales, de los alardes disfrazados de biografía, queda el refugio de la autoexploración modesta, de las manías comentadas con desenfado y escarnio. En Las encías de la azafata, José Israel Carranza retoma el arte en desuso de poner la pluma en la llaga y exponerse, no en busca de una extendida pedagogía, sino del deleite verbal que implica dar a las obsesiones propias el lugar que se merecen.
Desde la complicidad del jugador de billar enamorado de su taco hasta el estira y afloja del fumador convencido de su vicio; desde la voz de la Pantera Rosa hasta las notas de un diario que no se resuelven en obra terminada, Las encías de la azafata es un ejemplo de cómo la introspección puede ser una actividad de lo más extrovertida.
Entretenido compendio de ensayos sobre actividad literaria
4 stars
"Ensayos" partiendo desde una definición muy amplia, ¿ecléctica? del concepto.
Es un libro agradable, en especial si se gusta de leer sobre las actividades en torno a la creación literaria y si se es mexicano, porque hay muchas alusiones a lugares y personajes de México.
De chile, mole y pozole, y una taza de americano en el Madoka
4 stars
Hace tiempo comentaba en este espacio cómo me hubiera gustado vivir en un mundo en el que Jorge Ibargüengoitia viviera los años suficientes para tener un blog a mediados de los dosmiles.
Ahora, no estoy comparando al autor del libro en turno con JI, pero Las Encías de la Azafata tiene una energía bloguera bastante tangible (¡Incluyendo el clásico "Estoy completamente en desacuerdo con lo que estoy leyendo pero acá sigo"!)
El ensayo y el blog siempre fueron de la mano.
El libro se divide en dos partes y un medio tiempo: La primera está integrada por ensayos que podríamos considerar aleatorios, el único hilo que los une es que el autor quiso escribir al respecto: temas como el mutismo selectivo de la Pantera Rosa, su disgusto por el mejor amigo del hombre o lo bello que es el taco de billar que compró.
En el intermezzo le dedica unas …
Hace tiempo comentaba en este espacio cómo me hubiera gustado vivir en un mundo en el que Jorge Ibargüengoitia viviera los años suficientes para tener un blog a mediados de los dosmiles.
Ahora, no estoy comparando al autor del libro en turno con JI, pero Las Encías de la Azafata tiene una energía bloguera bastante tangible (¡Incluyendo el clásico "Estoy completamente en desacuerdo con lo que estoy leyendo pero acá sigo"!)
El ensayo y el blog siempre fueron de la mano.
El libro se divide en dos partes y un medio tiempo: La primera está integrada por ensayos que podríamos considerar aleatorios, el único hilo que los une es que el autor quiso escribir al respecto: temas como el mutismo selectivo de la Pantera Rosa, su disgusto por el mejor amigo del hombre o lo bello que es el taco de billar que compró.
En el intermezzo le dedica unas cuantas líneas a sus cafeterías favoritas en Guadalajara, de las cuales tristemente más de la mitad ha cesado sus operaciones desde la publicación del libro.
Por último, la segunda sección (la cual le da título al libro) se compone en su totalidad de ensayos literarios, donde se codean Rulfo y Arreola, Proust y Wodehouse... y el autor intentando justificar una beca.