Concepto de Consiliencia
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Más que nunca, historia de la ciencia. Este podría ser el corolario de la última obra póstuma de Jay Gould. A través de pequeños hallazgos en obras inesperadas (como la obra censurada de uno de los primeros zoólogos de la historia, Konrad gesner) o en la discusión con Edward O. Wilson sobre el concepto de consiliencia (concepto que hace referencia a la unión de saber bajo un mismo paraguas), Gould intenta armar toda una vía de conocimiento; toda una caja de herramientas filosóficas sobre la ciencia que busca ser alternativa al reduccionismo y al simplismo. En palabras de Gould:
“una aproximación idiosincrásica, pero básicamente histórica, al supuesto conflicto entre la ciencia y las humanidades […]. Mi razonamiento sigue 4 afirmaciones: I) El conflicto inicial entre la ciencia y las humanidades asistió inevitablemente al nacimiento de la ciencia moderna en la revolución Científica del siglo XVII, […] II) documentaré, con ejemplo …
Más que nunca, historia de la ciencia. Este podría ser el corolario de la última obra póstuma de Jay Gould. A través de pequeños hallazgos en obras inesperadas (como la obra censurada de uno de los primeros zoólogos de la historia, Konrad gesner) o en la discusión con Edward O. Wilson sobre el concepto de consiliencia (concepto que hace referencia a la unión de saber bajo un mismo paraguas), Gould intenta armar toda una vía de conocimiento; toda una caja de herramientas filosóficas sobre la ciencia que busca ser alternativa al reduccionismo y al simplismo. En palabras de Gould:
“una aproximación idiosincrásica, pero básicamente histórica, al supuesto conflicto entre la ciencia y las humanidades […]. Mi razonamiento sigue 4 afirmaciones: I) El conflicto inicial entre la ciencia y las humanidades asistió inevitablemente al nacimiento de la ciencia moderna en la revolución Científica del siglo XVII, […] II) documentaré, con ejemplo idiosincrásicos, esta desavenencia inviable e inicial entra la ciencia y las humanidades preguntando qué es lo que los arquitectos de la Revolución Científica pensaban que necesitaban superar, […] III) Este conflicto, inicialmente comprensible, se convirtió en necio y dañino hace mucho tiempo y IV) [...] argumento que podemos identificar una manera correcta y otra equivocada de conseguir una curación adecuada de nuestro antiquísimo conflicto.”
Para presentar ese “conflicto inicial” Gould habla de John Woodward (1665-1728), un seguidor prototípico de la nueva forma de entender del mundo tras Newton, cuya obra fue revisada, como todas en aquella época, y todos los nombres de autores protestantes (o molestos con la iglésia católica en general), como el de Erasmo de Rotherdam, fueron tachados sistemáticamente. Una vez planteada la problemática existente en los S.XVII-XVIII entre el empirismo y la religión, se entiende el surgimiento del conflico inicial (puntos I y II de Gould). Entonces ¿Por qué considera Gould que el conflicto se ha convertido en necio, inecesario e, incluso, perjudicia? Estas son las razones que da: “En particular, he elogiado aquí la compresión superior de las humanidades en tres áreas: 1) reconocer y analizar las influencias sociales y los sesgos cognitivos que hay dentro y detrás de todo trabajo creativo, incluidos los estudios empíricos, 2) destacar la importancia de las preocupación de estilo y retóricas en la presentación y aceptación de cualquier buen razonamiento, y 3) desarrollar determinados modos de conocimiento que la ciencia necesita pero que, por razones contingentes de su propia historia, nunca destacó o incluso rechazó, pero que en cambio florecieron en las humanidades”.
Es decir, y resumido en una de las máximas americanas [por que es uno de sus lemas nacionales]: “pluribus et unum” o plurales y unidos; en otras palabras: respetemos las diferentes formas de conocer porque son válidas mientras respeten todas los mismos principios y, de esta forma, conoceremos más (punto III de Gould). Y deja un recado dialéctico para aquellos partidarios del cientifismo como forma única de saber:
“Una aplicación y comprensión favorablemente dispuestas de temas «convivenciales» en el estudio humanístico ayudaría a que un público general receloso aprobara y aceptara la ciencia. La eliminación de barreras artificiales entre las ciencias y las humanidades ayudaría todavía más.”
Y Gould termina el libro haciendo un contrapunto al libro de “Consilience: la unidad del conocimiento” de Edward O. Wilson, explicando la raíz original del término “consiliencia”, concepto creado por uno de los primeros historiadores de la ciencia, William Whewell (194-1866) y el primero en referirse como “científico” a los que utilizan el empirismo como forma de indagación. Para Gould, Wilson hace un uso sesgado del término, porque la verdadera naturaleza del mismo se refiera a lo siguiente: saber encontrar la explicación común a varios hechos aparentemente no relacionados; esa sensación de eureka y de descubrimiento es a lo que se le puede llamar consiliencia. El Zorro es un animal que, con su aguda inteligencia, es capaz de optar por varias estrategias de supervivencia, adaptándolas siempre a lo que sucede: no es especialista en nada, y sabe de todo; por otro lado, el Erizo es un animal que, ante la adversidad, solo tiene un camino: enrollarse sobre si mismo y confiar en la protección que le ofrecen las puas. Es experto en protección, pero no sabe hacer nada más. Para Gould son dos metáforas de las humanidades y la ciencia, respectivamente (holísmo frente a método científico) y la única vía es la consiliencia y el respeto mutuo entre ambas: nunca un Zorro y un Erizo serán el mismo animal.