La Fay reviewed La noche de la esvástica by Katharine Burdekin
Subrayando frases lapidarias cada dos páginas
5 stars
Mientras la estaba leyendo, la describía como una ucronía donde el nazismo había ganado la guerra, pero resulta que es una distopía sobre cómo sería una sociedad donde el nazismo ganara la guerra: ¡fue publicada en 1937!
«Y creo en el orgullo, en el coraje, en la violencia, en la brutalidad, en el derramamiento de sangre, en la crueldad y en todas las demás virtudes heroicas y militares».
Esta novela nos habla de cómo el fascismo se basa en la glorificación de la violencia masculina a través del militarismo y cómo su fantasía de poder se sustenta sobre un supuesto derecho innato a someter a los considerados débiles, lo cual se replica en los distintos estratos sociales y permite a los oprimidos participar en las dinámicas de opresión, encontrando siempre un eslabón más bajo que someter. Y en esta sociedad no existe nada más bajo y degradado que las mujeres, …
Mientras la estaba leyendo, la describía como una ucronía donde el nazismo había ganado la guerra, pero resulta que es una distopía sobre cómo sería una sociedad donde el nazismo ganara la guerra: ¡fue publicada en 1937!
«Y creo en el orgullo, en el coraje, en la violencia, en la brutalidad, en el derramamiento de sangre, en la crueldad y en todas las demás virtudes heroicas y militares».
Esta novela nos habla de cómo el fascismo se basa en la glorificación de la violencia masculina a través del militarismo y cómo su fantasía de poder se sustenta sobre un supuesto derecho innato a someter a los considerados débiles, lo cual se replica en los distintos estratos sociales y permite a los oprimidos participar en las dinámicas de opresión, encontrando siempre un eslabón más bajo que someter. Y en esta sociedad no existe nada más bajo y degradado que las mujeres, transformadas en un equivalente a animales de granja, solo útiles para la procreación. A la idea, practicada ya en la realidad, de que las mujeres son eternas menores de edad, incapaces de alcanzar una madurez mental, se le une la minoría de edad también de los hombres:
«… mientras continuéis siendo niños, pensaréis que lo que os hace hombres es la violencia, la brutalidad y el coraje físico».
Por otro lado, es chocante cómo los incels parecen omnipresentes en la historia de la humanidad:
«en el fondo, la religión siempre había odiado la belleza femenina y había considerado repugnante el control sexual que las mujeres hermosas ejercían sobre los hombres al poderlos elegir y rechazar».
«Y en esos soldados orgullosos, bisnietos de los hombres que realmente habían construido el Imperio, empezaba a crecer la sensación de que era indigno para un alemán tener que correr el riesgo de ser rechazado por una simple mujer, tener que permitir que pudieran herir lo más frágil de ellos: su vanidad».
Es una obra, además de feminista, claramente antimilitarista (que tanta falta nos hace) y una gran crítica a cualquier fanatismo, también el religioso.
«Si en la mente de un hombre hay alguna idea predominante, alguna fe, que pueda hacer que todas las cosas sean honrosas, por muy crueles, muy indeseables o muy falsas que resulten, en el alma de ese hombre no puede haber honor».
Leedla, sin duda.