Álvaro G. Molinero reviewed Planeta de exilio by Ursula K. Le Guin
Uno de los mundos más oscuros de Urslula K. Le Guin
4 stars
Content warning Se vienen trozos de trama
En lo que es la segunda novela de la saga del Ekumen, en esta ocasión la historia tiene lugar en Werel, el tercer planeta del sistema Gamma Draconis. El planeta constituye un sistema binario junto con su satélite, con respecto al cual el período de rotación (ciclo lunar) es de cuatrocientos días terrestres. El período orbital alrededor del sol es en lugar de unos sesenta ciclos lunares, un período definido como el año local. El uso de esta palabra en la novela, por tanto, recuerda conceptualmente el siglo en terminología terrestre, es decir, un período muy largo a partir del cual se marcan las épocas de la historia.
La historia transcurre en el momento previo de entrada en la fase invernal, que los habitantes más jóvenes nunca han conocido. Los protagonistas de la trama narrativa son la joven Rolery, que forma parte de la tribu de Tevar, su padre Wold, el anciano jefe, y Jakob Agat, uno de los descendientes de la colonia hainita original, quien junto con unos pocos cientos de suyos, sobreviven en el planeta en condiciones hostiles en la ciudad de Landin, ubicada junto al mar. Agat es, por tanto, un representante de la raza considerada ajena por los nativos. La colonia de origen, creada por las primeras llegadas al planeta con naves espaciales, fue abandonada y ninguno de ellos sabe nada de la metrópoli o de La Liga. Después de decenas de generaciones, los supervivientes ahora parecen estar al borde de la extinción, ya que la compatibilidad entre la biología terrestre y el ecosistema planetario es mínima. Los extraterrestres viven en una ciudad organizada entorno a principios de democracia horizontal y deliberativa. Los pueblos indígenas, que no comprenden el concepto de ciudad, tienden a considerarse los únicos humanos reales.
Los Landinianos nos son infectados por la microbiota del planeta, pero deben ingerir enzimoides para poder asimilar correctamente los nutrientes de los alimentos que ingieren y que son todos ellos animales y plantas nativos del planeta. Además, en cumplimiento de las leyes de la Liga de Planetas, durante muchas generaciones han renunciado al uso de tecnologías demasiado avanzadas en comparación con el nivel evolutivo de los nativos. A diferencia de estos, los extraterrestres también están dotados de habilidades telepáticas, que está estrictamente prohibido usar con los nativos; los extraterrestres y los nativos pueden unirse sexualmente, pero el apareamiento es estéril.
La novela narra el intento de Agat de convencer a la comunidad de Tevar de que otra población indígena, los Gaal, se está mudando hacia el sur de forma coordinada por primera vez en la historia y que esta migración ya no se puede contrarrestar con fortificaciones, sino que las decenas de miles de guerreros Gaal organizados son imbencibles. Wold cree en Agat, pero no logra hacer valer su voluntad entre los Tevaranos. Entre otros factores influye el enamoramiento entre Agat y Rolery haciendo que la credibilidad de éste y del propio Wold queden socavadas. Agat es salvajemente golpeado y se ve obligado a abandonar el intento de alianza. La ciudad de Landin se prepara para enfrentarse sola a la llegada de los Gaal; solo una minoría de tevaranos, incluidos Wold y Rolery, liderados por su amigo Umaksuman, se unen a los Landinianos. El resto de la tribu tevarana es masacrada. Landin se resiste al asedio. Durante el asedio, Wattock, el médico, descubre que ahora también las heridas de su propia gente son atacadas por bacterias. ¿Por qué?
Los pueblos de los distintos mundos de la ficción espacial de Ursula K. Le Guin son descendientes de antiguos asentamientos de Hain. Por ejemplo, se cree que los guetenianos de su obra "La mano izquierda de la oscuridad" fueron modificados genéticamente, al igual que varios otros pueblos de la Liga de Todos los Mundos. En la historia no se hace tal mención de la ingeniería genética de los predecesores derivados de Hain de los alterranos, pero es de suponer que el mismo argumento está detrás. La diferencia biológica entre alterranos (Laidin) y tevaranos residiría aquí.