Álvaro G. Molinero reviewed Sobre el anarquismo by Noam Chomsky
La autoridad no consigue justificarse
4 stars
Rudolf Rocker (1938) concebía el anarcosindicalismo, la versión sindical y de masas del anarquismo, como la coalición o amalgama del socialismo y el liberalismo que emanaron de la revolución francesa. Es por ello que podemos encontrar numerosas etiquetas para designar similares tradiciones de pensamiento y acción social: anarquismo, anarcosindicalismo, anarco-comunismo, comunismo libertario o socialismo libertario, todas ellas con matices, pero con coincidencias con respecto a la idea que se tiene de naturaleza humana, de la democracia y de la futura organización de la sociedad. Quizá pueda resumirse con el término griego Isocracia, pero hay que aceptar la diversidad de planteamientos. Noam Chomsky tiene una forma particular de entender el anarquismo, fruto de esta diversidad. Al igual que Rocker, sitúa el nacimiento de esta tradición de pensamiento en la ilustración y, por tanto, va a compartir principios con otras muchas tradiciones que también emergen de ese sustrato ideológico. Pero, lo que …
Rudolf Rocker (1938) concebía el anarcosindicalismo, la versión sindical y de masas del anarquismo, como la coalición o amalgama del socialismo y el liberalismo que emanaron de la revolución francesa. Es por ello que podemos encontrar numerosas etiquetas para designar similares tradiciones de pensamiento y acción social: anarquismo, anarcosindicalismo, anarco-comunismo, comunismo libertario o socialismo libertario, todas ellas con matices, pero con coincidencias con respecto a la idea que se tiene de naturaleza humana, de la democracia y de la futura organización de la sociedad. Quizá pueda resumirse con el término griego Isocracia, pero hay que aceptar la diversidad de planteamientos. Noam Chomsky tiene una forma particular de entender el anarquismo, fruto de esta diversidad. Al igual que Rocker, sitúa el nacimiento de esta tradición de pensamiento en la ilustración y, por tanto, va a compartir principios con otras muchas tradiciones que también emergen de ese sustrato ideológico. Pero, lo que llama realmente la atención es el pragmatismo de esta tradición: se preocupa mucho más de la acción que de la discusión teórica. La clave de la pervivencia de esta tradición es una determinada concepción de la naturaleza humana. Como recuerda Chomsky, sea cual sea esta concepción, es axiomática e ideológica y, a partir de ahí, ¿Qué es más útil a un futuro más justo e igualitario? ¿Una concepción pesimista y egoísta de la naturaleza humana, o una positiva y mutualista? David Hume planteaba la siguiente paradoja: ¿¿Cómo es la naturaleza humana que permite la opresión y el mando de unas pocos sobre los muchos? Para Hume era la opinión el arma de los poderosos para controlar a las masas. La realidad es que, además, la espada aparece cuando el dominio por la opinión falla.
Al final, el anarquismo lo que está poniendo sobre el tapete son dos conceptos sociales: ¿Estamos de acuerdo con una determinada concepción de la naturaleza humana en la que todos somos autónomos, igualmente capaces de decidir sobre nuestras vidas, que necesitamos ayudarnos y ayudar; o estamos de acuerdo con una visión autoritaria y elitista sonde solo existe una pequeña élite capaz de tomar decisiones, aunque sea por el bien general, y donde somos más egoístas que cooperativos? Libertad e igualdad versus autoritarismo y desigualdad. Así, Chomsky hace una aportación teórica importante: la autoridad debe justificar su existencia. Al contrario de otros pensadores, Chomsky conoce muy bien la diferencia conceptual entre poder y autoridad, y la innegable existencia del poder. El poder es la capacidad de cambio/mantenimiento de un determinado sistema político. Existe como una realidad física. Sin embargo, la autoridad es el poder legitimado. Así que Chomsky propone que es esta autoridad la que posee la carga de prueba de justificarse a sí misma. Esto, en la mayoría de los casos, no lo conseguirá: “la rebeldía se da en las mujeres contra los hombres, en las naciones oprimidas frente a sus opresores y, sobre todo, en el trabajo frente al capita.Es una situación cargada de riesgos, según muestra toda la historia pasada, pero también de esperanza”, dijo Bertrand Russell. La autoridad no consigue justificarse.